Después de sellar las paces con su madre, o eso habían vendido, Kiko Rivera tiene en el punto de mira a otras dos personas. Este sábado reapareció en el Deluxe, y lo hizo con la escopeta cargada. Disparó contra todos y, además, sin miramientos.
Cargó con dureza contra Anabel, que no dudó en casarse pese al fallecimiento de su abuela unas horas antes, pero también contra su hermana. Despreció en varias ocasiones a Isa Pantoja, a la que censuró muchos de sus comportamientos en el pasado.
Al parecer, Kiko no se habla con nadie de su familia, ni con su madre. El anuncio del reencuentro y la reconciliación fue solo un espejismo, que quedó en nada.
Nadie contaba con el regreso del DJ a Telecinco. Se había mostrado muy crítico con la cadena y contra algunos reporteros de la casa. Pero no hizo falta demasiado para convencerlo, solo una buena oferta económica.
Durante su intervención en el programa dejó muy claro que detesta a Isa desde hace tiempo. Y lo peor de todo es que trata de sacarle partido a esa mala relación. En toda esta historia, parece que todo el mundo se sitúa en su contra.
Eso, al menos, es lo que trata de vender el hijo de la tonadillera más famosa de España. No se responsabiliza de nada de lo que ocurre y tampoco hace lo posible por encontrar una solución. El único remedio que encuentra Kiko Rivera pasa por ventilar los asuntos de la familia y con un cheque de por medio.
Como suele ser habitual en él, se prepara lo mejor posible su intervención. Y acude a estas entrevistas cargado de munición para atacar a diestro y siniestro. Cuando le conviene, también se guarda alguna bomba en el bolsillo.
Arremetió contra Anabel por la celebración de la fiesta a las pocas horas de fallecer doña Ana. Nada más ocurrir esta muerte, el marido de Irene Rosales decide marcharse de la Graciosa para acompañar a su madre.
Su prima negó que tuviera preparada cualquier tipo de celebración, "solo una misa en la iglesia y ya". Pero lo luego "veo a Belén Esteban con un camión y una copa en la mano".
Eso te molestó mucho, pero nada en comparación con lo que pudo hacer su hermana. Explicó que nunca le importó lo más mínimo su abuela, utilizando frases muy dañinas.
Kiko Rivera habla sin reparos
"Ahora resulta que le mucha pena. Hablemos claro, llevaba ocho años sin dirigirle la palabra, desde los 18", dijo Kiko Rivera.
Recuerda una situación muy llamativa que nunca olvidará. "¡Pero si he visto a mi abuela ahogándose y a ella al lado con el puñetero móvil, y no ha sido capaz de darle un vaso de agua!".
Recuerda también las palabras que Isa le dedicó a su prima el día de la boda. Aprovechando la ausencia del DJ, le quiso recordar que ella era de su familia y que si estaba ahí era por algo. La consideró una maniobra muy sucia, y que estaba fuera de lugar.
Kiko tiene la impresión de que es el único de los nietos de doña Ana que lloró su pérdida. En vista de lo acontecido, el resto parece empeñado en darle la razón.
Vuelve a encenderse una mecha en el entorno de la familia Pantoja. Ahora tienen en su mano apagar este pequeño incendio o echarle algo más de gasolina. Lo más probable es que se apueste por esto último para sacarle un mayor partido a la polémica.
De momento, tanto Telecinco como las revistas comienzan a frotarse las manos. Saben que se abre un nuevo capítulo en esta historia que parece no tener fin.
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