Kiko Matamoros ha comenzado a retomar sus obligaciones laborales tras su regreso de Supervivientes. El colaborador puso rumbo a Honduras en plena rehabilitación por sus adicciones y parece que la estancia en el reality le ha sido de mucha ayuda.
Allí reconoció haber dado un gran paso para dejar atrás 50 años consumiendo cocaína y reconoce haber experimentado cambios beneficiosos en su organismo. Orgulloso de su hazaña, Matamoros se sentaba en Viva la vida para, una vez más, explicar cómo estaba llevando este proceso. Sobre todo desveló cómo su adicción afectó de lleno a su vida familiar.
Kiko Matamoros confiesa hasta dónde llegaron sus adicciones
Kiko Matamoros sorprendió hace unos cuantos meses al confesar abiertamente en un Deluxe que llevaba cinco décadas consumiendo cocaína. Un consumo que se convirtió en habitual llegando a formar parte de su día a día.
Sin embargo, aunque físicamente no fueran evidentes los efectos de tantos años de consumo, su organismo sí que comenzó a estar al límite. A sus 65 años, los médicos fueron claros y Kiko decidió ponerse en manos de especialistas para dejar la droga.
Así fue cómo un mes y medio antes de verlo saltar en helicóptero para iniciar su aventura en Honduras, Kiko había dejado de consumir. Comenzó un tratamiento que siguió durante el concurso y que parece haber dado resultado, pues tiene la firme convicción de "no volver a meterme una raya en mi vida".
El ex de Makoke explicó cómo la cocaína altera la forma de ser de las personas y su forma de vida, algo que él experimentó en su propia piel. "Arruinan las relaciones familiares personales y profesionales, pero el problema es cómo abandonas tus obligaciones familiares, y acabas con la vida truncada", comentó a Emma García.
En este sentido, la presentadora quiso saber si alguna vez él había sido víctima de esta clase de situaciones y el colaborador de Sálvame así lo confirmó. "Había muchos días que llegaba a casa a las 8 de la mañana para recoger a mis hijos y llevarles al colegio", relató. "No es lo mismo acostarte con tus hijos que levantarlos, no sé si lo notaban porque eran pequeños, pero raro me verían", lamenta.
Kiko Matamoros reconoce que la situación se le fue de las manos
Por mucho que Kiko Matamoros confesara hace meses que su adicción a las drogas no le producía una dependencia extrema, ahora el colaborador rectifica. Porque de su testimonio se deduce que su afición por la cocaína no se limitaba solo a las noches de fiesta y desenfreno.
Pasó a ocupar un lugar en su día a día hasta el punto de consumir para no dormir y poder terminar un libro que le estaba gustando. Una vez que sus hijos se hicieron mayores y comprendieron la situación real de su padre, comenzaron a preocuparse. Se interesaban de si consumía o no y le aconsejaban que lo dejaran, "me decían «cuídate papá, por favor»; me han llamado preocupados", recordaba.
Fue la llegada de su novia Marta López quien ayudó a que el colaborador dejara de consumir. Con ella se redujeron las ocasiones en las que lo hacía, hasta el punto de llegar a plantearse dejarlo. Una idea que se afianzó cuando los médicos le explicaron los riesgos graves de seguir consumiendo.
"Tenía las mucosas necrosadas y eso es un problema serio para toda la vida, me ahogaba y se me notaba que no respiraba bien", explicó. Afortunadamente, el tratamiento parece estar dando resultado y ahora Matamoros encara el resto de su vida con mayor optimismo. Un cambio radical de sus hábitos que todo su entorno celebra con entusiasmo.