Kiko Hernández es todo un padrazo. El colaborador de Sálvame está centrado de lleno en sus pequeñas. Tanto es así que hasta se ha quitado trabajo en alguna ocasión para poder estar más tiempo con a ellas.
Sus hijas, su motivo para sonreír
Abril y Jimena han cumplido ya dos años. Las pequeñas son el motivo de la felicidad de su padre, que día a día se involucra en su cuidado.
Kiko Hernández es uno de esos padres todoterreno que trata de conciliar su vida laboral con su faceta como progenitor de dos pequeñas.
Aunque el colaborador de televisión es muy celoso de su intimidad, sobre todo en aquello que tiene que ver con sus hijas, ha sido captado por las cámaras junto a ellas.
Hace tan solo unos días Kiko Hernández llevó a Jimena y Abril a un centro médico para vacunarlas. Antes de bajar del coche dejó que una de ellas jugara con el volante mientras estaba sentada en su regazo. Y es que al tertuliano no le importa perder unos minutos si es por ver feliz a sus hijas.
Lo cierto es que en estas imágenes se puede apreciar perfectamente el cambio de las niñas. Ya tienen dos años y nada tienen que ver con los bebés que aparecieron en las imágenes con las que su padre las presentó en público.
Un giro importante en su vida
Abril y Jimena, que cumplirán tres años el próximo mes de enero, han supuesto un antes y un después en la vida de su padre. Kiko Hernández ha dado un importante vuelco a su vida tanto personal como laboral.
El tertuliano tenía claro que quería estar junto a ellas el máximo tiempo posible. Por ello, decidió invertir menos horas en el trabajo y pidió a sus jefes saltarse el programa algunos días. Los viernes no estaba en Sálvame y tampoco los sábados por la noche en el Deluxe.
De esta forma, Kiko Hernández podía dedicar el fin de semana a sus hijas, algo que soñaba con hacer.
Por si esta decisión no fuera suficiente cambio en su vida, el colaborador de Sálvame optó por mudarse de su querida Villa Chatín. Tras más de 15 años en esa casa, el compañero de Belén Esteban se mudó a otra más cómoda para sus hijas.
“¡Estoy feliz! La urbanización tiene seguridad 24 horas y mi casa tiene cámaras en todos los sitios. ¡Parece la casa de Gran Hermano!", aseguraba en el momento de su mudanza el televisivo. “Tengo las cámaras conectadas con el móvil para ver lo que está pasando”, añadía el tertuliano de Telecinco.
Está claro que toda protección es poca para Jimena y Abril. Por eso, Kiko Hernández prefiere no mostrar su faceta de padrazo en público. Su intimidad la reserva para el entorno familiar y algunos amigos muy cercanos.
Un año complicado
Lo cierto es que este 2021 no ha sido un buen año para el colaborador de Mediaset. Ha habido tres pérdidas que han marcado los últimos meses, las de su tía, su amiga Begoña y especialmente la de Mila Ximénez.
El tertuliano decidía tomarse un tiempo para digerir todo lo que le había pasado en este último año. No obstante, en menos de un mes volvió a Sálvame. Parece que está mejor y eso podría deberse en gran parte a sus hijas.
Abril y Jimena son el motivo más importante para seguir adelante. Las niñas son su razón de continuar con su vida, sacar todas las fuerzas y disfrutar de cada momento por pequeño que sea. Verlas crecer es todo un privilegio y Kiko Hernández no piensa perderse ni un segundo de ello.
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