Carlota Corredera llevaba meses sin coincidir con una de las personas más habituales en Sálvame. El pasado verano la relación se rompió tras una serie de confrontaciones que provocaron una crisis que no lograron superar.
Fue la intervención de una tercera persona la encargada de dinamitar a la pareja. Concretamente la hija de Rocío Jurado y la defensa que Carlota siempre ha hecho de ella. En este sentido, las posiciones contrarias al testimonio de Rocío eran superiores para la presentadora y daba por terminada la relación.
Ahora, tres meses después, la gallega hacía borrón y cuenta nueva y recibía al hombre que se alejó de su lado. Kiko Matamoros regresaba al plató coincidiendo con Carlota Corredera retomando así la relación perdida hace tiempo.
Carlota Corredera se reconcilia en directo
Mientras todavía resuenan los rumores sobre la ruptura matrimonial entre Carlota Corredera y su marido, Carlos de la Maza, la gallega apostaba por la reconciliación. Y lo hacía en directo en el plató de Sálvame acercando posturas con Kiko Matamoros.
Ambos llevaban meses sin coincidir en el programa tras un duro enfrentamiento por la defensa de Rocío. El documental fue el origen del distanciamiento, pero ambos se han mostrado partidarios de enterrar el hacha de guerra.
Fue el pasado 11 de noviembre cuando los espectadores fueron testigos de la reconciliación entre presentadora y colaborador. "Kiko y yo no coincidíamos desde el pasado 3 de agosto", comenzaba diciendo Carlota. "No hemos coincidido no porque haya habido vetos ni nada, porque hay gente que ha dicho Kiko ha echado a Carlota de Sálvame", aclaraba.
Durante este tiempo, ambos decidían poner tierra de por medio y evitar encontrase hasta que las aguas se calmasen. Y así parece que ha sido. "Kiko y yo hemos tenido un periodo de reflexión, un cese de la convivencia temporal y estábamos los dos a ver quién llamaba al otro".
Previamente a coincidir en el plató, Kiko y Carlota han hablado en privado para acercar posturas y decidían hacer borrón y cuenta nueva. "Hemos hablado y nosotros ponemos nuestro contador a cero y vamos a estar aquí sin ningún problema", explicaba la presentadora.
Corredera tiene claro que no quiere ningún tipo de enfrentamiento con Matamoros y el colaborador opinaba lo mismo. Eso sí, si algo quiso dejar claro Kiko es que seguirá defendiendo y preservando aquello que quiere proteger.
El origen del distanciamiento
El pasado verano Kiko regresó a Sálvame tras sus vacaciones con las pilas cargadas. Cargó contra el programa y contra Carlota por su defensa férrea a Rocío y lo narrado en el documental.
De hecho, el colaborado señaló a la gallega como la culpable de la poca audiencia que estaba registrando Sálvame con ella al frente. Sus declaraciones hicieron reaccionar a Carlota que rápidamente se defendió de las acusaciones. "El origen de su cabreo no soy yo, si Kiko tiene problemas en su vida, no es mi responsabilidad", explicaba.
"Yo no soy Rocío, no hay debate, no se cuestiona a una víctima", sentenció Carlota. Esta rotundidad no sentó nada bien al colaborador que llegó a confesar su deseo de no coincidir con ella.
Aunque en la reconciliación, la presentadora afirmó que no había habido vetos, sí que existía una especie de pacto en el equipo. Un deseo de no estar ambos en el mismo plató hasta que se solucionaran los problemas. "Prefiero no coincidir hasta que tengamos una conversación", añadía.
Carlota Corredera pone en riesgo el acercamiento
Minutos después de asegurar que ponían el contador a cero, Carlota sacaba a la luz el último ataque de Kiko al programa. El colaborador aseguraba que se había cometido un delito contra su intimidad y volvía a hablar sobre la baja audiencia del día anterior.
"Bueno, pero no hace falta atacar al programa", le recriminaba Carlota. "Empezamos ya con las audiencias, que la última vez que yo estuve ya estábamos con las audiencias a vueltas", le recordó. "Digo que la audiencia no fue la que yo esperaba que tuviéramos con los contenidos que teníamos", se justificó Matamoros.
Por lo pronto parece que Carlota y Kiko han dejado atrás sus diferencias y están dispuestos a olvidar los reproches. Pero, ¿será la segunda parte del documental lo que avive la llama del enfrentamiento?
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