Fernando Simón se había convertido en uno de los personajes de 2020 en España. Tuvo un papel relevante durante la época más dura de la pandemia, ya que él se ocupaba de informar sobre la evolución. Su aspecto desaliñado y la naturalidad con la que se expresaba le convirtieron en una figura muy reconocida en los hogares de todo el país.
Ahora parece dispuesto a darle un giro a su vida. Y no es porque vaya a dejar su puesto de director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Recientemente acaba de sorprender a todo el mundo con un cambio de look que le resulta bastante favorecedor.
Después de un mes de vacaciones volvía a participar en un acto público en Zaragoza, en el Premio Trevillano. Regresaba con un cambio de imagen, muy distinto a lo que nos tenía acostumbrados cuando comparecía ante las cámaras de televisión.
Fernando Simón reapareció con el pelo mucho más corto y con una barba larga. Acostumbrados también a su vestuario más informal, este fin de semana se le pudo ver muy elegante con un traje azul marino.
Sin lugar a dudas, este look no ha pasado desapercibido. Los últimos meses han sido de mucho desgaste, asumiendo gran parte de la responsabilidad en la crisis del coronavirus. Posiblemente busque dar un giro a su situación en los próximos tiempos, retomando el anonimato que siempre reclamó.
Simón habla de la vacunación
Antes de la celebración de este acto, Fernando Simón quiso aclarar que no era partidario de imponer la vacunación obligatoria a ningún colectivo. Tampoco considera adecuado que sea preciso disponer de un certificado Covid para viajar o acceder a ciertos lugares.
Entiende que "imponer obligaciones cuando no son necesarias no es un buen paso". Justifica este pasaporte covid en países como Francia o Italia, donde "la gente no se vacunaba todo lo que se tenía que vacunar".
Una situación muy diferente a la vivida en España, donde el porcentaje de población inmunizada es mucho mayor. La ciudadanía ha visto la vacuna como un instrumento para protegerse a título individual, pero también para ayudar a los demás. Contribuye a "que la sociedad salga de este problema tan gordo", añade Fernando Simón.
Tiene el convencimiento de que una vez que concluya el verano el porcentaje de vacunados rebasará el 70%. De mantenerse este ritmo, ve muy próximo el final de la quinta ola.
Explica que esta última ola tuvo "un impacto global mucho mejor que otras". Pese a que se registraron bastantes casos en las UCI y hubo una cierta presión en los hospitales, el número de fallecimientos fue "mucho menor".
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias augura un descenso en la curva de contagios. Y a medida que se vacunen los más jóvenes mejor será la incidencia. Confía en que los menores de 12 años se empiecen a inmunizar "pronto".
Respecto a la situación de los mayores, explica que se encuentran "muy, muy protegidos". Recuerda que aunque tengan la pauta completa pueden enfermar, aunque la incidencia es entre 10 y 15 veces menor que entre los no vacunados.
Cree que el COVID-19 se mantendrá "un tiempo" entre nosotros, pero el impacto irá cayendo poco a poco. Sobre una tercera dosis, también ha querido pronunciarse Fernando Simón.
Sostiene que en las próximas semanas habrá que analizar "con datos sólidos" si es necesaria. La postura que se tome no tendrá nada que ver con la variante Delta, avisó.
Considera que aunque sea más transmisible, lo más importante ahora es acelerar el ritmo de los pinchazos. De ahí que insista en la necesidad de tener a los jóvenes vacunados lo antes posible.