El pasado viernes, Anabel Pantoja contrajo matrimonio con su novio, Omar Sánchez. Lo hizo en la isla de La Graciosa, en una ceremonia en la playa, y tras unas horas previas de mucho dolor. Y es que la madre de su padre falleció el martes.
A pesar de esta pérdida familiar, decidió seguir adelante con sus planes de boda. Una postura que le está granjeando ya varias consecuencias. Sí, está pagando un alto precio por la misma.
Anabel Pantoja se casa con grandes ausencias, como la de Kiko Rivera
Tras conocerse el triste fallecimiento, Anabel abandonó junto a sus primos, Kiko Rivera e Isa P, La Graciosa. Lo hizo para viajar hasta Cantora y estar al lado de su tía, Isabel Pantoja, en tan duro trance. Con ella pasó la noche, aunque al día siguiente regresó a la isla pues optó por seguir adelante con su enlace matrimonial.
Si tomó esta decisión es porque, al parecer, así se lo pidió la tonadillera. También lo hizo porque allí ya se encontraban todos los invitados y porque estaba todo organizado. Además, si lo hubiera suspendido hubiera sido la tercera vez, pues la pandemia ya la obligó a hacerlo en dos ocasiones anteriores.
Pero su postura ya le granjeó al momento una consecuencia. El DJ, que iba a acudir a su boda, se echó para atrás. Le dijo que no estaba para fiestas y que no asistiría a aquella.
Ella entendió la posición de su primo, aunque le dolió la misma. Y más aún le fastidió que la mujer de él, Irene Rosales, y las hijas de este matrimonio también se marcharan de Canarias. Unas pequeñas que iban a ser sus damas de honor.
De ahí que Anabel se casó con Omar contando con grandes y notables ausencias. A la de su padre, se unió la de su tía, la de Kiko y la de la familia de este. Esta fue la primera consecuencia de su decisión que le llevó a decir en la ceremonia: “Se me han roto muchas cosas, me falta gente”.
Anabel Pantoja ha visto rota la relación con su primo, Kiko Rivera
No obstante, la pesadilla de la colaboradora de Sálvame no había hecho nada más que empezar. Ahora está pagando ya un alto precio por haber decidido continuar con sus planes. Este ha sido romper toda relación con Rivera.
Este fin de semana, ella ha contado en el Deluxe que Kiko le pidió perdón por no acudir al enlace. Es más, al parecer, hablaron y compartieron sus diferentes posturas, dejando las cosas claras y manteniendo el buen rollo. Sin embargo, en las últimas horas ha cambiado todo.
Anabel ha descubierto que aquel ha dejado de seguirla en redes sociales. Pero no solo eso, se ha llevado una enorme decepción porque él, al que llamó antes de los esponsales, no le ha devuelto la llamada.
Está dolida y triste porque aquel, al que considera un hermano, no ha tenido el gesto de hablar con ella. Ni siquiera le ha mandado un mensaje y ni le ha dado la enhorabuena.
Seguir adelante con su boda ha llevado a que el DJ quiera alejarse de su prima. Ella dice desconocer qué le ha llevado a tomar esta decisión cuando todo quedó bien entre ellos. Y los rumores han comenzado a surgir.
En concreto, en Viva la vida se ha dado a conocer que podría haber un motivo de peso. Al parecer, el sevillano está defraudado con Anabel no ya por haberse casado tras la muerte del familiar sino por otra razón. Exactamente porque podría haber 'malmetido' en la relación de él con su madre durante todo este tiempo.
Al parecer, ella le había dicho a su primo en más de una ocasión que no era bien recibido en Cantora cuando no era así.
Por el momento, la joven no ha querido hacer declaraciones al respecto. Sin embargo, él lo va a hacer muy pronto. Sí, porque se prevé que conceda esta semana una entrevista a una revista explicándolo todo.
Duras semanas por delante para Anabel
Sea como sea, la joven Pantoja lo está pasando mal cuando debería estar feliz por haberse casado. Y todo parece indicar que le quedan meses muy duros por delante. Así, por ejemplo, lo ha vaticinado Jorge Javier Vázquez en Lecturas: “Le vienen unas semanas de auténtico calvario”.
Para el presentador el motivo de su sufrimiento no solo será su familia sino también los comentarios de la gente. Ha dicho: “Nadie está preparado para que en situaciones como esta lo llamen, como mínimo, pesetero. De ahí para arriba: «Tanto hablar de tu yaya y tienes el cuerpo para celebraciones dos días después de su muerte», «¡Qué poca consideración con tu familia!»...”.