Ana Obregón no pasa por su mejor momento. La actriz acaba de conocer que no podrá dar las Campanadas de La 1 por su positivo de coronavirus. Para más inri, a esta noticia se le suma el lamentable hecho de que a Obregón le tocará celebrar sus segundas navidades sin su hijo Álex Lequio. El joven falleció el pasado 13 de mayo de 2020 a los 27 años de edad víctima de un cáncer.
Desde entonces, la actriz ha estado sumida en una profunda tristeza y el dolor por su pérdida sigue presente cada minuto de su vida. Solo le reconforta el hecho de saber que algún día podrá reencontrarse con él en el cielo, tal y como ha expresado a través de sus redes sociales.
Tras perder recientemente a otro de los grandes pilares de su vida, su madre, la bióloga de profesión lucha día a día por seguir adelante. Se ha volcado en el cuidado de su padre y en llevar a cabo los proyectos que su hijo tenía en mente antes de fallecer.
"Su ejemplo hace que yo luche a diario para encontrar un motivo por el que volver a vivir sin él", reconocía en una reciente entrevista concedida a la revista Elle.
Horas antes de saber que se quedaría sin Campanadas —la noticia saltó el miércoles, 29 de diciembre, por la tarde—, Ana Obregón se sinceró como nunca en una desgarradora y emotiva entrevista en la que habla sin tapujos de la pérdida de su hijo Álex Lequio.
Ana Obregón revela la promesa que le hizo a su hijo Álex Lequio y no pudo cumplir
Con el corazón completamente roto, Obregón ha revivido en la entrevista el momento exacto en el que le diagnosticaron el cáncer a su hijo.
Álex temía morirse y su madre no dudó ni un segundo en prometerle que iba a salvarse. Una reacción lógica que, sin embargo, para ella se ha convertido en una espina clavada.
"Lo vivo como si fuera ayer. El día que nos comunicaron que estaba enfermo, entró en mi habitación y me preguntó: «Mamá, ¿me voy a morir?». Se me cayó el cielo encima. Me encendí un cigarrillo y le juré por mi vida que iba a salvarse. Y no pude cumplirlo. Es algo que no me perdono. Le quedaba todo por delante", ha asegurado en la entrevista concedida a la revista Elle.
Ana era incapaz de concebir que su hijo pudiera morir de cáncer y se mostraba convencida de que acabaría recuperándose. Jamás se permitió mostrar ningún signo de duda frente a su hijo ni frente al padre del joven, Alessandro Lequio.
"Su padre llegó y se puso a llorar: lo metí en el cuarto de baño y lo reprendí: «Aquí nadie llora». Yo no eché ni una lágrima. Tampoco a lo largo de las 120 quimios. No podía. Tenía que salvar la vida de Álex", ha añadido.
Ana Obregón, volcada en la Fundación Álex Lequio para luchar contra el cáncer
Aunque la entrevista está repleta de episodios desgarradores del pasado, Ana también muestra un gran optimismo de cara al futuro. Reconoce que el dolor siempre estará presente, pero tiene muchas ganas de seguir luchando y continuar la batalla contra el cáncer que comenzó su hijo.
"Somos el país que menos dinero invierte en esto porque se trata de un problema que no afecta directamente a la economía: ojalá se destinara al cáncer la misma cantidad de euros que a la vacuna del covid", se lamenta la actriz.
El sueño de Álex Lequio era crear una fundación dedicada a apoyar a los enfermos de cáncer y a sus familias. Un proyecto en el que Ana está centrando todos sus esfuerzos para ayudar a las personas enfermas con menos recursos y promover la investigación.
"Se llama Imperas, y se centra en el diagnóstico y en el tratamiento de enfermos que padecen sarcomas, como el que sufrió mi hijo. Es un cáncer que afecta en especial a niños y a gente joven y sobre el que apenas existe investigación. Este será mi trabajo desde aquí hasta que me muera", ha reconocido para dejar claro cuál es su verdadero objetivo en la vida.