Es el día de la marmota. Cuanto menos, lo es para los vecinos de La Palma. Y es que día tras día, se levantan con la esperanza de que el volcán haya cesado sus emisiones definitivamente.
Pero nada más lejos de la realidad, pues tras 40 días desde su erupción —hoy se ha vuelto a registrar un terremoto de 5.0— este continúa dando guerra y destrozando todo lo que sale a su paso.
Y ahora, para más inri, el volcán ha iniciado su enésima fase: la desgasificación. En las últimas horas, los expertos del Instituto Volcanólogo de Canarias (Involcan), han detectado una reciente crecida de cenizas procedentes del interior del volcán. Lo que significa que se ha iniciado la desgasificación. O lo que es lo mismo: el magma del interior del volcán tiene mucho más gas y sale con mayor presión.
¿Sus consecuencias? Pues que la ceniza, por si los vecinos no tuvieran ya suficientes preocupaciones, se acumula en las calles y casas de las localidades cercanas.
El mayor telescopio del mundo… ¿en peligro?
Según avanza ‘AS’, llama la atención que las cenizas han llegado incluso a afectar al Observatorio Astronómico Roque de los Muchachos, situado a una altitud de 2.396 metros. Allí, se encuentra el mayor telescopio del mundo y —atención— ahora podría correr peligro.
«La solución pasa por cerrar el telescopio cuando hay riesgo de ceniza en el observatorio, pero hay telescopios que no tienen esa protección», insiste José Carlos Pérez, trabajador del Observatorio.
Pese a ello, y vista la virulencia con la que se mueve el volcán, no existen soluciones mágicas. Tan solo cruzar los dedos y “cubrir las partes más delicadas del telescopio” para protegerlo de las cenizas.
El gas, principal dolor de cabeza en La Palma
Al contrario de lo que piensan muchos, la lava no es lo más peligroso del volcán de La Palma. Según José Luís Barrera, vulcanólogo citado por ’20 Minutos’, el gas lleva desde el día de la erupción tratando de “escapar” del volcán.
“Cuando hay erupciones, es el gas quién trata de escapar. No la lava”, comenta el vulcanólogo. La situación, por lo tanto, es la siguiente: pese a que se teme la lava, si el volcán no tuviera gas, no habría erupción”.
Si esto pasara, comenta Barrera, todo terminaría: “La lava estaría parada”. “Cuando hay una erupción, primero salen unos chorros de gases y cenizas brutales y detrás viene la lava”, añade.
Para ilustrarlo, el mismo Barrera compara el volcán con una botella de agua con gas. “En las botellas, salen todas las burbujas y, a continuación, el líquido, que rebosa del recipiente”, insiste Barrera.
40 días y 40 noches
La situación no es nada fácil para los vecinos. De la incertidumbre se pasó al sufrimiento. Y de éste al drama absoluto. La lava se lo empezó a llevar todo por delante y la localidad de Todoque dio buena fe de ello.
El volcán se descontrolaba y llegaba al mar. Para más inri, la situación no se calmó y el volcán siguió con su incesante avance. Hoy, tras 40 días desde su erupción, los vecinos de La Palma se lo miran con pesimismo.
Pues el volcán no da ningún indicio de poder parar y la desesperación total se apodera de La Palma.
- VÍDEO: Así fue la erupción del volcán Cumbre Vieja en la Palma el pasado 26 de octubre
Nuevo terremoto este miércoles
Nueva mañana fatídica en La Palma. Si la situación ya es de por sí insostenible, la isla acaba de vivir su tercer terremoto de magnitud 5.0. Y sí, el terremoto ha vuelto a generar escenas de pánico entre los vecinos de La Palma. Pues su epicentro ha sido en Villa de Mazo, localidad con algo menos de 5.000 habitantes.
Pero es que la cosa no termina aquí. Durante este miércoles 3 de noviembre, se han registrado más de 40 sismos. Algo que se ha convertido ya en una constante en la isla cuando hace justamente 40 días desde la erupción del volcán.
Y es que es la fábula del pez que se muerde la cola; ya que los terremotos provocan que el volcán siga activo y las emisiones de gas no paren. Algo que hace que el magma del interior del volcán salga con más fuerza, provocando ríos de lava.