Otra víctima de La Manada desconfía del arrepentimiento del Prenda. Se trata de una joven que fue atacada sexualmente por este grupo en Pozoblanco (Córdoba) en mayo de 2016. "Como la otra chica, yo no me creo nada de la carta", cuenta.
Uno de los detenidos había reconocido por primera vez la violación en los Sanfermines, e incluso se atrevió a disculparse por los hechos. Pero todo el mundo sospecha que se trata de una estrategia.
Lo que busca el Prenda, en realidad, es algún tipo de privilegio. Sobre todo en forma de permisos penitenciarios.
La víctima de Córdoba entiende que "si se arrepintiera de verdad, habría dicho: 'sí, mis amigos y yo violamos brutalmente a la chica en Pamplona'. Reconocería los hechos sin paños calientes ni medias tintas", recoge el Levante.
Cree que si fuera sincero con sus palabras también "me hubiera pedido perdón a mí también por lo que me hicieron". Según recogen las dos sentencias del caso, cuatro de los jóvenes de La Manada la habrían introducido en un coche para abusar de ella. Mientras tanto, el Prenda lo grababa todo con un móvil.
Los acontecimientos tuvieron lugar durante el trayecto en coche que hay entre las localidades de Torrecampo y Pozoblanco, que son apenas 20 kilómetros. Los tribunales tuvieron en cuenta para condenar a los jóvenes un par de vídeos de 27 y 46 segundos.
Se puede apreciar a la denunciante en "aparente estado de inconsciencia", en la parte trasera del vehículo. Mientras, los detenidos ríen y le hacen tocamientos en los pechos, al tiempo que la besan en la boca. Ella no reaccionaba ni podía mover un músculo del cuerpo.
Al término de la grabación se pueden escuchar risas y las frases: "Esto es Pozoblanco y esto es La Manada".
No conforme con realizar el vídeo, el Prenda también lo compartió a través de un par de grupos de Whatsapp. Estaban integrados por 27 hombres. En uno de los mensajes se refirió a uno de sus amigos, que "vino de follarse a la bella durmiente".
Desde entonces han transcurrido ya cinco años. Cuatro de los miembros fueron condenaos a 2 años y 10 meses de prisión por un delito de abuso sexual y otra contra la intimidad. La pena se eleva hasta los 4 años y medio para el Prenda por difundir las imágenes.
La joven cordobesa no quiso pronunciarse sobre el castigo impuesto por la justicia a sus agresores. Sin embargo, sí que valora la postura de este último, que ha variado su versión en una carta remitida al juez.
Lo califica de "falso arrepentimiento", en donde se esconde un "interés claro y perverso". Explica que "en su carta no hay una sola palabra de disculpa por haber acusado de mentir a la víctima sobre la agresión sexual". Tampoco por "haberla desacreditado ante toda España".
Sospecha que de eso "no se arrepiente porque no ha sido condenado por ello y, por tanto, no puede conseguir ninguna rebaja en su condena".
El Prenda, muy criticado por su comportamiento
Se muestra muy crítica con el Prenda. "Lo importante no es que ella o yo los creamos. Que quede clara una cosa, esto no lo hecho por la chica de Pamplona, lo ha hecho por él".
Insiste en que las víctimas "no les importamos, por eso es importante que no consiga lo que quiere con esa mentira". Es decir, disfrutar de "unos beneficios penitenciarios. Espero que la cárcel o el juez no tengan en cuenta sus peticiones", apunta.
Aún recuerda con mucho dolor lo sufrido durante el juicio celebrado en Córdoba. "Durante mi declaración me escucharon romperme, vieron como se me partía el alma. Y en vez de pedirme perdón, intentaron ponerme nerviosa".
Estaba separada de ellos por un biombo, pero asegura que "se cambiaron de posición y tosieron de forma exagerada para que los oyera. Yo tuve que ponerme gafas de sol y un gorro para proteger mi identidad", relata.