Sara Gómez era una mujer de 39 años que solo quería mejorar su aspecto físico. Para ello decidió someterse a una lipoescultura sin pensar que eso le costaría la vida.
Un suceso trágico que ha sido noticia tanto en televisión como en la prensa escrita y que ha iniciado un juicio contra el cirujano que la operó. Sara acabó en la UCI y días después falleció como consecuencia de la intervención.
Una intervención que le causó unos daños físicos horribles que ella misma confesó padecer antes de morir. Ahora, sus últimas palabras resuenan con fuerza y desesperación en sus familiares arrojando luz sobre el sufrimiento que padeció durante días.
Sara Gómez y sus últimas palabras
La familia y amigos de Sara lucharán hasta el final para que se haga justicia. Se trataba de una joven feliz e ilusionada, madre de dos hijos a los que adoraba. Sin embargo, su vida se truncó el mismo día que conoció a Alejandro M. A. C., el médico que se ofreció a operarle.
Se conocieron en las redes sociales y él alquiló un quirófano en la clínica cartagenera Virgen de la Caridad. Hasta allí se desplazó Sara para someterse a una lipoescultura. Horas después, todo se complicó y la joven tuvo que ser trasladada de urgencias al Hospital Santa Lucía "sin pulso y sin tensión".
Su padre explicó que había sufrido un total de 27 perforaciones en varios órganos como el colon, riñones, duodeno, hígado entre otros. Al parecer la cánula empleada para aspirar la grasa fue la causante de estos daños que derivaron en una hemorragia interna.
28 días fueron los que Sara Gómez estuvo luchando por su vida. Casi un mes aferrada por salir adelante siendo consciente de que no lo conseguiría. Al menos es lo que sostiene su hermano al desvelar cuáles fueron sus últimas palabras.
"Me voy a morir. Me han perforado los órganos", dijo Sara días antes de perder la vida. Un desenlace que llegó el pasado 1 de enero de 2022.
Justicia para Sara Gómez
Lo ocurrido a Sara ha indignado a toda la familia y amigos de la joven. Desde el primer momento han puesto todo de su parte para que el cirujano, pague por lo que pasó.
En un primer momento, antes de que falleciera, interpusieron contra el médico una denuncia por lesiones. Tras la muerte de Sara la ampliaron a homicidio. No dieron con él y el pasado martes tampoco acudió a los juzgados a declarar.
El miedo de que pudiera haber huido disparó todas las alarmas y se dictó una orden de detención. Finalmente, el acusado compareció en los juzgados el pasado miércoles junto a sus abogados.
Allí se le retiró el pasaporte y se le prohibió que saliera del país. Sin embargo, la petición de la familia de inhabilitar al cirujano, fue desestimada puesto que esto solo es posible tras una condena.
Sobre si tiene o no estudios o licencia para realizar intervenciones, el abogado del acusado asegura que sí y que "los presentará" en el juicio. "Es médico, con el MIR completado y acreditado, como lo demuestra que nadie le ha denunciado por intrusismo", señala la defensa.
Además, el médico asegura que, tanto él como su pareja, han recibido amenazas y le han realizado pintadas en su vivienda. Como consecuencia, han demandado al portavoz de la plataforma La Voz de Sara.
Mientras tanto, la familia y amigos de Sara Gómez le dieron su último adiós el pasado lunes. Todavía en shock por lo ocurrido y llenos de tristeza e indignación, seguirán luchando porque se haga justicia y para que la voz de Sara se siga escuchando.