Continúa la búsqueda y las incógnitas sobre el paradero de la pequeña Anna y su padre, Tomás Gimeno. Anna y Olivia, las menores de 1 y 6 años fueron secuestradas por su progenitor el pasado 27 de abril.
Hace una semana se conocía la noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de la mayor de las hermanas en el fondo del mar.
Por su parte, Paz Velasco de la Fuente experta en criminología y jurista especializada en personalidad psicopática y delitos violentos, ha hablado del padre de las niñas:
«Cuando hablamos de un psicópata, estamos ante un sujeto que tiene un trastorno antisocial de la personalidad que consiste en vivir por y para sí. Utiliza a los demás para su beneficio y no le importan los derechos de los demás», explica la criminóloga.
«Pero ojo, hay muchos tipos de psicópata, que siempre parece que nos referimos a uno solo, al criminal. Hay psicópatas emocionales, funcionales, corporativos. Es una forma de ser, no es un trastorno mental y no es una atenuante», sostiene.
A partir de aquí, «él es consciente de que sabe manipular a otras personas a su antojo para conseguir lo que quiere. Es una persona que puede ser mala porque vulnera los derechos de los demás. La psicopatía y la maldad podemos ponerlas en el mismo abanico de conductas, pero hay que distinguir también que hay sujetos psicópatas que son incapaces de hacerle daño a otra persona, simplemente se comportan de forma muy lejana y distante. No todos los psicópatas son igual de peligrosos», cuenta.
Son muchos los que afirman que la mayor parte de la criminalidad radica en los hombres, según esta experta: «Estadísticamente hablando, comprobamos que la gran mayoría de los victimarios son hombres, aunque a su vez la mayoría de víctimas por parte de los hombres también son hombres», resalta. «Son muchos más los hombres que cometen delitos violentos, pero las estadísticas nos hablan de que las mujeres tienen cada vez mayor versatilidad criminal con delitos de todo tipo: homicidios, filicidios, asesinatos, trata de personas… aunque en su mayoría atentan contra la salud pública o contra el patrimonio».
El dolor de una madre
En referencia a la figura paterna como asesino de sus propias hijas: «Por ahora, todo son hipótesis que nos llevan a pensar que esta ha sido su reacción ante la negativa de su ex pareja a continuar con él y al rechazo a que otra persona ejerciera el rol de padre y le quitase esa posición», cuenta. «Por cómo ha actuado, podemos saber que estamos ante una persona muy planificadora que sabía muy bien lo que hacía y que buscaba que su antigua mujer sufriera y viviera la agonía de los 45 días»”, argumenta.
Continúa la experta: «Se ha recreado en causar dolor. Es una persona muy fría, muy planificadora y ha pensado muy bien lo que ha hecho, eso se nota por las características del crimen: el móvil, la geolocalización, el que venga un barco a buscarte, el que la niña estuviese atada al ancla… es terrible».
Velasco de la Fuente lo tiene claro: «Gimeno es un homicida simple que ha cometido este delito una sola vez. En estos casos siempre hay un elemento estresor. Un momento en el que algo hace ‘clic’, seguramente el pánico a verse sustituido en su rol de padre. O quizás el ver imposible retomar su relación con Beatriz».
A modo comparativo, con el caso del parricida José Bretón en el asesinato a sus hijos José y Ruth Bretón, los hermanos de 2 y 6 años: «Gimeno, a diferencia de José Bretón, no es un psicópata: él no podía sobrevivir a la muerte de sus hijas. En Bretón, sin embargo, vemos cómo reacciona a la sentencia, con una mirada inerte, vacía. Bretón sí tenía rasgos psicopáticos, pero Gimeno no: porque el segundo se ha suicidado».