La subida de la luz continúa imparable. Está previsto que este lunes vuelva a marcar su máximo histórico. Es algo que ya empiezan a notar los españoles en su bolsillo, pero no es lo único que les preocupa.
También han visto como en los últimos meses se disparaba el precio de la gasolina y de la cesta de la compra. Detalles que a simple vista pueden parecer insignificantes, pero que llegan a suponer un encarecimiento mensual de hasta 150 euros para una familia media.
Los ciudadanos empiezan a asumir este tipo de noticias entre la resignación y el enfado. Comprueban como suben los precios de artículos básicos, pero no ocurre lo mismo con los sueldos.
Algo similar sucede a la hora de repostar gasolina. Algunos afectados aseguran que han visto incrementado su desembolso en las estaciones de servicio. Han pasado a pagar 90 euros a la semana para realizar sus trayectos al trabajo cuando hace unas semanas les valía con 60.
Una joven de 28 años desvela en un reportaje en El Español como ha afectado a su bolsillo estas continuas escaladas de precios. Reside con su abuela, y "hace un año podíamos gastar unos 50 euros semanales en la compra", frente a los 70 de ahora.
También la electricidad hace mella en las carteras de los españoles. "Pagábamos unos 60 euros al mes, y ahora llegamos a los 130 euros", cuenta con impotencia.
El gasto en bienes básicos de esta familia llegaba a los 260 euros al mes, pero ahora puede alcanzar los 400 euros por lo mismo. Por lo tanto, en cuestión de meses se han visto obligados a gastar 150 euros por estos conceptos.
Son solo algunos ejemplos de los daños que está provocando la inflación a las familias. Esto implica que se incrementen los precios, pero no su poder adquisitivo. En septiembre, el IPC subió un 0,8% respecto a agosto.
Además, se disparó la tasa interanual hasta el 4%, la cifra más elevada de los últimos 13 años. Lo justifican debido al encarecimiento de la luz.
¿Qué implica todo esto? En realidad se puede traducir con que la cesta de la compra es un 4% más cara que hace un año.
Pero no todos los ciudadanos notan estos incrementos de la misma manera. Todo depende de las necesidades que tenga cada familia y del número de miembros que la compongan. Algunos llegan a cifrar la subida de la tarifa eléctrica en un 40%.
Lo único positivo que mantiene el precio del ejercicio anterior es la ropa, asegura una de las personas consultadas por este medio. Se salva de esa incontrolada crecida que sí apreciamos en las tarifas de carburantes, luz y compra.
Los conductores, sobre todo los que se ven obligados a coger el coche a diario para moverse, también ven resentido su bolsillo. Durante los últimos días el litro de gasolina estaba en los 1,437 euros, que suponía un 0,04% respecto a la anterior semana.
Se van acumulando casi cuatro semanas de incrementos. Este precio no se alcanzaba desde julio de 2014.
Y esto también se nota en los vehículos diésel. De media cuesta 1,291 euros el litro, un 0,9% más que hace siete días.
Una conductora cuenta que hace unos meses llenaba el depósito con 45 euros, pero ahora tiene que gastar ocho euros más.
El precio de la luz, por las nubes
Las familias se las tratan de ingeniar para que el dinero no vuele con tanta facilidad, sobre todo con el precio de la luz. "Para ahorrar hay que poner la lavadora por las noches o los fines de semana", cuenta una mujer asesorada por su hijo.
Creen que utilizando los electrodomésticos en las horas valle se puede ahorrar hasta 70 euros en la factura eléctrica.
Los empleados de los supermercados también detectan una modificación en los hábitos de compra. Se gasta menos y la gente acude con más frecuencia a los establecimientos para hacerse con lo esencial.
La preocupación está en las calles. La subida de la luz continúa en aumento, sin previsión de que se frene hasta la próxima primavera. Y esto influirá también en el precio de otros elementos básicos de nuestro día a día.