Vladimir Putin se ha visto obligado a cambiar de estrategia en mitad del conflicto. La oposición que se encontró en Ucrania y las sanciones impuestas por Occidente le llevaron a modificar sus planes. Y todo esto cuando está a punto de cumplirse un mes y medio desde que decidiera iniciar la invasión.
El 24 de febrero empezó a hacerse con el control de algunas de las ciudades más estratégicas del país. En algunos casos llegó a arrasar con determinados territorios como fue Mariúpol. Pero en este tiempo ha comprobado como se le resistía Kiev, que era su gran objetivo.
En ningún momento, Putin se esperaba acabar con una cifra tan elevada de soldados caídos en combate. Los errores logísticos se han repetido durante las últimas semanas ante una mala previsión. En vista de esto, el planteamiento inicial se ha visto alterado.
Su intención desde el primer instante era hacerse con el control total del país, pero después de unos cuantos días de estancamiento, se han conformado con algo menos. Recientemente ha centrado sus miras en el Donbás.
Los encuentros entre los dos países implicados en el conflicto han sido constantes desde el comienzo de la invasión. Sin embargo, esas conversaciones nunca han llegado a buen puerto. Desde Occidente siempre sospecharon de que se trataban de unas estrategias de Rusia para ganar tiempo y rearmarse.
En cualquier caso, después de tantas pérdidas en combate y de las sanciones impuestas, Moscú no parece dispuesto a quedarse de brazos cruzados. Tomará represalias contra aquellos territorios que dependen del gas y petróleo ruso. Lo primero que hicieron fue exigir el pago de dichos suministros en rublos, la moneda nacional.
Durante este periodo también se ha especulado con la posibilidad de un ataque de Putin a un territorio de la OTAN. No parece dispuesto a conformarse con Ucrania.
El oligarca ruso Mijaíl Jodorkoski, el que fuera el hombre más rico del país en 2004, desveló los planes del presidente en una entrevista. "Estoy convencido de que si decide que ha ganado en Ucrania, el próximo paso será hacerse con los países bálticos", apunta.
Desde el año 2004, Letonia, Estonia y Lituania forman parte de la OTAN. En su opinión, el mandatario de Rusia "está en guerra con Estados Unidos y la OTAN", no solo contra el territorio de Zelenski.
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Este empresario siempre se ha pronunciado en contra del presidente ruso. Explicó que la invasión suponía "un suicidio político". En su opinión, "no puede ganar en Ucrania, incluso tomando Kiev o Jarkov".
No hay que olvidar que Jodorkovski estuvo nueve años en la cárcel después de que el mandatario lo acusara de delitos financieros. A raíz de aquello, su enorme fortuna se acabó esfumando.
Vladimir Putin se enfrentaría a un conflicto a gran escala
De ser ciertos estos planes que tiene en mente Vladimir Putin, la OTAN se metería de lleno en el conflicto. Así lo contempla el artículo 5 de su tratado, que le obliga a salir en defensa de los estados atacados. Se orquesta bajo el principio de defensa colectiva, en donde se fija un espíritu de solidaridad en la Alianza Atlántica.
Cuando un territorio integrado dentro de la OTAN sufre el ataque por parte de un tercero, el resto de países miembros saldrán en su defensa. Y es lo que podría ocurrir si nadie es capaz de pararle antes los pies al presidente ruso.
Conseguiría elevar el conflicto bélico a una gran escala, en donde se verían obligados a intervenir los distintos países de la Alianza Atlántica. En ese caso, quedaría por comprobar que potencias se aliarían con Rusia.
Putin está decidido a llegar hasta el final. Y no parece dispuesto a conformarse solo con Ucrania.