A Vladimir Putin no le están saliendo las cosas como pensaba al inicio de su ofensiva contra Ucrania. Tras el cese de dos agentes del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), se ha conocido la noticia del despido de Roman Gavrilov. Este subcomandante de la Guardia Nacional de Rusia ya no cuenta con la confianza del presidente ruso.
Otro peso pesado a la calle
El pasado jueves se hizo pública la noticia del cese de este ex oficial de seguridad de los jefes de Estados rusos. Rápidamente el presidente de la comisión de comunicaciones de la DUMA, Alexander Khinsteis quiso desmentirlo, asegurando que era completamente falso.
Después precisó que Roman Gavrilov había renunciado porque "ya había alcanzado el mínimo de 20 años de servicio tras los cuales puede jubilarse".
Está explicación no ha convencido a muchos. De hecho, se considera que simplemente es la confirmación del cese. Y es que es de lo más extraño que en medio de una guerra con miles de sus hombres al otro lado de la frontera un general decida marcharse.
La noticia salió a la luz gracias al periodista Christo Grozev, que aseguró que "fue detenido por el FSB o por filtrar información militar o por robo de combustible".
Lo cierto es que el pasado 11 de marzo, Sergej Beseda y Anatolij Bolyukh, ya tuvieron problemas por espiar a Rusia. De hecho, según Andrei Soldatov, experto en asuntos militares rusos, parecen estar bajo arresto domiciliario.
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Sergej Beseda era el jefe del departamento 5 del FSB, principal sucesor del Comité para la Seguridad del Estado (KGB), y Anatolij Bolyukh, su adjunto. Este era el Departamento de Información Operativa (Doi), creado por el propio Vladimir Putin cuando era jefe del FSB en los años 90.
Putin está enfadado con las filtraciones e informaciones falsas para él
El presidente de Rusia está harto de la imagen equivocada que tenía el ejército invasor de la realidad ucraniana. De hecho, consideraría que esta es la base de las complicaciones ante las que se está enfrentando su ejército ahora.
Las expectativas al inicio de la Operación Militar Especial eran muy diferentes a las actuales, según diversas fuentes. En apenas unas horas, el país invadido debería haberse desplomado por completo. Los militares ucranianos no habrían tenido tiempo de reaccionar ante la actuación de los rusos.
No es ningún secreto que el espionaje exterior ya era una prerrogativa del SVR, antigua dirección del KGB, y del servicio de inteligencia militar. No obstante, después de las llamadas revoluciones de colores de comienzos del siglo XXI, Putin habría comenzado a confiar exclusivamente en los hombres del FSB.
Todo apunta que esto no le está sirviendo ahora de mucho. La extraña salida de Gavrilov y el anterior cese de dos agentes precisamente del FSB suscitan más de una duda. Putin ya no puede confiar en quienes lo hacía y esto es un gran problema para él.
Ucrania no se lo va a poner fácil a Rusia
Todo ello unido a que Ucrania se mantiene fuerte con Rusia,le debe estar dando más de un quebradero de cabeza al presidente ruso. Los rusos aún no ha tomado ninguna ciudad importante o ubicación estratégica. Y es que los ucranianos no piensan rendirse ante ellos.
El ejército de Putin está bastante atascado en Kiev. Se están logrando pequeñas ganancias de forma incremental, pero la resistencia ucraniana es muy feroz y móvil.