La noticia saltaba esta mañana: Salvador Illa, actual ministro de Sanidad, encabezará las listas del PSC en las elecciones catalanas del 14 de febrero. A pesar de la sorpresa, era un hecho anunciado. Pedro Sánchez tenía pensado hace meses que Salvador Illa encabezará la renovación política en Cataluña y propiciar una remodelación en el Gobierno.
El anuncio de que Salvador Illa, secretario de organización de los socialistas catalanes, deja su puesto en el ministerio de Sanidad, abre las quinielas. Y permite al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afrontar la renovación en los ministerios que quería llevar a cabo hace tiempo.
Además, el momento es ideal, porque el Gobierno de coalición ha superado su primer año con la aprobación de los presupuestos generales y el aire de triunfalismo que transmitió esta semana Pedro Sánchez en su balance. En Moncloa tienen claro que el movimiento de Salvador Illa es la oportunidad para mover algunas sillas.
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La primera duda es evidente: ¿Quién relevará a Salvador Illa al frente del ministerio de Salud? La pandemia ha situado este ministerio como el más relevante, y la decisión es fundamental para el futuro del Gobierno. Las primeras informaciones apuntan a que Sánchez podría mover a Carolina Darias a Sanidad y hacer ministro a Miquel Iceta.
Miquel Iceta ha facilitado el cambio dando un paso al lado. El histórico líder político catalán ya fue propuesto en su momento para presidir el Senado, algo que fracasó en el último momento por el bloqueo de los partidos independentistas catalanes. Fuentes socialistas aseguran que el cambio de Iceta por Illa en las listas catalanas responde a la voluntad de Pedro Sánchez.
Salvador Illa por Miquel Iceta
A Sánchez e Iceta les une desde hace muchos años una muy buena relación. El presidente no olvida el apoyo de los socialistas catalanes en el proceso que derivó en su destitución como secretario general del PSOE, y luego en las primarias que le devolvieron a la dirección del partido. El gesto de Iceta, ahora, revalida esa lealtad y Sánchez quiere recompensarle.
Pero el presidente cree que el desgaste del independentismo reclama un cambio de liderazgo para aprovechar la oportunidad de cambiar el signo político en Cataluña. Salvador Illa llega a las elecciones catalanas con el prestigio de haber sido el ministro de Sanidad.
Más allá del acierto o el error en la gestión de la pandemia, Salvador Illa se ha ganado un gran respeto gracias a su talante tranquilo y moderado. Sánchez lleva meses pensando en él para relevar a Iceta. Nadie mejor que Illa puede representar la experiencia de la gestión en una sociedad, la catalana, enquistada desde hace años en la parálisis institucional.
Además, Salvador Illa no genera tanto rechazo en los sectores independentistas como Miquel Iceta, al que muchos recuerdan por su oposición frontal en los meses más duros del procés. La figura de Illa permitiría nuevas alianzas con ERC y Cataluña en Comú Podem. En definitiva, abrir una nueva etapa para dejar atrás definitivamente la Cataluña procesista.
El PSC obtuvo en las últimas elecciones catalanas 17 diputados y juega un papel poco relevante en la oposición. Pero las expectativas de crecimiento electoral ante la debacle de Ciudadanos llevan a los socialistas a creer en un auténtico vuelco, y ponen en Illa sus esperanzas de llevar al PSC más allá de los 25 escaños que dicen los sondeos.
La remodelación esperada
En clave nacional, la decisión forzará a una remodelación del Gobierno en la que la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, se perfila como nueva ministra de Sanidad. Sería, en todo caso, una línea continuista al frente de Sanidad, ya que Darias ha participado junto a Illa en las últimas reuniones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).
Además, como ministra de Política Territorial está plenamente implicada en la campaña de vacunación que arrancó el pasado fin de semana en España. Darias dejaría libre el ministerio y lo podría ocupar, precisamente, Miquel Iceta, cuyo nombre ya sonó anteriormente para el cargo. Sánchez considera que se trata de dos movimientos naturales.
En verano sonó la posibilidad de remodelar el Gobierno, con la posible designación de Pedro Duque y Arancha González Laya a cargos internacionales. La posibilidad se frustró, y Pedro Sánchez ha esperado a las elecciones catalanas para mover ficha.