Telecinco puso ayer punto y final a la exposición mediática del caso Rocío Carrasco con la emisión del último capítulo de su documental. Una oportunidad que la propia protagonista aprovechó para lanzar un mensaje a todas las víctima de violencia de género en España: «Tienen que gritarlo, tienen que tatuárselo, tienen que decir lo que les pasa desde el minuto cero».
La atracción mediática del caso ha llegado hasta las altas esferas. Desde el primer momento, líderes políticos y miembros del Gobierno han mostrado abiertamente su apoyo a Rocío Carrasco como víctima del machismo. Empezando por la ministra de Igualdad, Irene Montero, que reaccionó tras la emisión del primer episodio, y acabando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que según se ha desvelado pidió su teléfono para hablar con ella.
El posicionamiento de Pedro Sánchez ha levantado muchas críticas, porque muchos lo ven como un favoritismo por la relevancia social del personaje. Quien mejor ha expresado esa sensación ha sido Andrea Levy, concejala en el Ayuntamiento de Madrid por el PP y delegada de Cultura, Deporte y Turismo. En declaraciones a Vantitatis, Levy señala que «hay muchos casos y los apoyos tendrían que ser generales, no privados».
Sus palabras vienen motivadas por la bomba que soltó hace unos días María Teresa Campos, que aseguró que el presidente del Gobierno había llamado a Rocío Carrasco para interesarse por su caso. Al parecer, Sánchez no ha sido ajeno al torbellino mediático de la hija de la más grande. y se habría puesto en contacto con ella para mostrarle todo su apoyo. El problema es que el documental ha dividido a la sociedad española, y muchos critican ahora el gesto del presidente.
Andrea Levy, siempre dispuesta a meterse en todos los charcos, no ha pasado por alto la polémica sobre la llamada de Pedro Sánchez a Rocío Carrasco. «Si lo hace a título personal, no tengo ninguna crítica. La cuestión es que es el presidente del Gobierno y es difícil de separar la figura. ¿Dónde pones el límite?», ha valorado la política, y añade: «Es importante empatizar con las mujeres que viven ese desgarro».
Levy cree que «no se puede saber de todo y opinar de todo», y aconseja al presidente del Gobierno «ser más prudente cuando tienes relevancia pública y manejar toda la información». Asegura ser partidaria de «visibilizar y denunciar», pero advierte que «si lo haces como cargo público, hay otros cauces».
Lo que teme el presidente del Gobierno
Según ha trascendido, a Pedro Sánchez no le ha sentado nada bien que se supiera lo de su llamada. El caso de los supuestos malos tratos de Antonio David Flores a Rocío Carrasco ha sido archivado por la justicia, y en Moncloa temen que un posicionamiento tan claro en un caso tan mediático que no tiene condena judicial salpique la imagen del presidente.
De hecho, no ha trascendido el contenido de la llamada, aunque se da por hecho que Sánchez se puso del lado de Rocío. Su equipo, encabezado por el jefe del gabinete de Presidencia, Iván Redondo, ha iniciado una ronda de llamadas a periodistas para que la información no salga a la luz.
Anteriormente, la ministra de Igualdad entró en directo en Sálvame para reconocer a Rocío Carrasco como una víctima de la violencia de género. Pero en Moncloa tienen claro que una cosa es el «yo sí te creo» de una ministra, y otra muy diferente el apoyo tácito del presidente del Gobierno. Si el caso se reabre en los juzgados y hay una sentencia favorable a Antonio David, su imagen sería muy cuestionada.
Pedro Sánchez y las víctimas de género
El presidente del Gobierno ha tenido la oportunidad en los últimos días de mostrar su apoyo a todas las víctima de género. España acaba de vivir una semana negra con seis asesinatos en seis días, una tragedia que obligó al ministerio de Igualdad a reaccionar y que motivó la intervención del propio presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez se comprometió a revisar los protocolos de protección de la víctimas de género en España. Tras el último asesinato, publicó en su cuenta de Twitter: «Estamos revisando los protocolos de actuación y haremos lo que sea necesario para proteger de forma efectiva a todas las mujeres». Antes había mostrado también su rechazo a otro de los asesinatos: «No hay palabras para expresar tanto dolor y tanta rabia».