Se llamaba Katia Carolina Altamirano, tenía 35 años y un hijo de 12 años en Nicaragua. Sus últimos años habían sido un infierno debido a la turbulenta relación que mantenía con Rubén, el joven de 31 años que ayer la mató en Zaragoza. La sexta víctima mortal de la violencia de género en España en solo seis días había puesto varias denuncias contra su agresor, pero algo falló en los protocolos.
La sucesión de muertes por violencia de género la última semana ha provocado la reacción de la sociedad y las organizaciones. El ministerio de Igualdad prometió revisar el sistema de protección de las mujeres y sus hijos, un compromiso al que se añadió ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: «Haremos lo que sea necesario».
La policía encontró el cuerpo sin vida de la mujer en el interior de la vivienda de su pareja, Rubén, en la calle Leopoldo Romeo, en Zaragoza. Katia ya no vivía en ese piso, pero los vecinos la recuerdan porque el verano pasado saltó desde su balcón al de otra vivienda al sentirse amenazada. «Ese día ya pensó que la iba a matar», aseguran.
En el caso de Katia constan denuncias previas y una orden de alejamiento, que no han podido evitar el triste desenlace. Los bomberos recibieron el aviso de que un hombre se había precipitado al vacío desde un quinto piso, y al acudir al lugar descubrieron el cadáver de la mujer. El agresor fue trasladado al Hospital Miguel Servet, donde permanece detenido en estado muy grave. «Estamos revisando los protocolos de actuación y haremos lo que sea necesario para proteger de forma efectiva a todas las mujeres», aseguró ayer mismo Pedro Sánchez, tras confirmarse la sexta víctima del machismo en seis días.
Tras analizar todas las circunstancias, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón se hizo cargo de la investigación como un caso de violencia de género. El entorno reitera que ambos mantenían una relación hacía tiempo y que él había sido denunciado varias veces por malos tratos. En el lugar donde murió se improvisó ayer un altar, mientras su familiares piden la solidaridad de todos para repatriar el cadáver a su país.
Semana negra en España: 6 víctimas mortales
Katia es la quinta mujer asesinada en una sola semana, la sexta víctima mortal contando al hijo de una de ellas, Mohamed. La semana empezó con la muerte en Sa Pobla (Mallorca) de Warda, una chica de 28 años embarazada, y su hijo Mohamed, de 7. Luego vinieron Betty, una mujer de 52 años en Creixell (Tarragona), y Lucia, de 42 años y vecina de Corbera de Llobregat (Barcelona). La cuarta mujer asesinada fue María Teresa, de 48 años, en Pola de Laviana, Asturias.
Al menos en uno de los casos, el de Warda, había constancia de denuncias previas y una orden de protección. Según la delegación del gobierno, ella misma había decidido salirse del sistema de protección tras recuperar la convivencia y notar un cambio en su comportamiento. En el caso de Betty y Lucia no hay constancia de denuncias previas, y en el caso de María Teresa estaba en proceso de divorcio.
En los casos de Betty y Lucia, los agresores se suicidaron después de cometer el crimen. El asesino de Betty se disparó un tiro, mientras que el de Lucia se ahorcó. El marido de Warda y el de María Teresa se entregaron a la policía, mientras que la pareja de Katia intentó suicidarse pero no lo consiguió. Warda tenía un hijo de 7 años que también fue asesinado. Lucia una niña de 9 y uno de 13, que fue quien descubrió el cadáver de su madre. Tere tenía un hijo de 20 años, que también dio la voz de alarma a la policía. Y Katia tenía un hijo de 12 años en Nicaragua, país del que era natural.
Causas del repunte de víctimas
Hasta el pasado lunes había en España 10 víctimas mortales del machismo (9 mujeres y un menor) en lo que llevamos de año. Ahora ya son 16 (14 mujeres y 2 menores). La semana negra de la violencia de género en España puede deberse en parte a la salida de la pandemia. «Los agresores tienen la sensación de que van a perder el control de las mujeres que hasta ahora les permitía el confinamiento», dice a la Cadena Ser el profesor de Medicina Legal, Miguel Lorente.
El profesor advierte que el discurso negacionista de la extrema derecha en España influye en el mantenimiento e incluso el aumento de la violencia estructural contra las mujeres. Según explica, los agresores están perdiendo su posición de control y están dispuestos a hacer lo que haga falta para recuperarlo: «asumen todas las consecuencias de sus actos, ya sea a través del suicidio o entregándose a la policía».