Seth Welch, residente en Michigan, llamó al 911 para informar de la muerte de su hija de tan solo 10 meses. Los agentes de policía se trasladaron al domicilio y allí se encontraron el cuerpo sin vida de la pequeña.
Lo que más llamó la atención fue la manera en que ambos progenitores actuaban frente al trágico suceso de la menor. La llamada realizada por Welch ya daba indicios de que el fallecimiento no fue casual.
Al llegar al domicilio, el cuerpo de la pequeña Mary presentaba un aspecto poco normal. "Ese bebé ya casi no parecía un bebé'", explicó el fiscal adjunto Kim Richardson. Al parecer los padres dejaron morir de hambre a Mary por no ayudar en la granja familiar.
Mata a su hija de 10 meses por no ayudar en las tareas
Poco parecía importarle a Seth Welch encontrarse el cuerpo sin vida de su bebé de 10 meses. Con total sangre fría llamó a emergencias afirmando que su hija estaba "muerta como un clavo de puerta".
Además, admitió haber esperado 90 minutos para llamar a la policía mientras esperaba que su abogado llegase a casa. Así es como el hombre relató lo ocurrido ante el tribunal encargado de juzgarle por la muerte de la menor.
En el banquillo también se sentó su mujer, Tatiana Fusari, acusada de permitir que el bebé muriera de hambre. Ambos decidieron no alimentarla por ser incapaz de ayudar en las tareas domésticas que requerían la granja donde vivían.
El padre de 28 año, calificó el fallecimiento como una "situación natural" por ser demasiado débil para ayudar y ganarse la comida. Cuando encontraron el cuerpo de la pequeña, los fiscales dijeron que tan solo pesaba poco más de tres kilos. No tenía músculos y estaba completamente consumida.
La abogada defensora de los padres afirmó que estos creían que su bebé era "delgado, no enfermizo". Una apreciación que fue refutada por las propias pruebas. "La postura esquelética de la niña, en mi opinión, dice mucho sobre cuánto tiempo no se cuidó adecuadamente al bebé", explicó el juez.
De hecho, durante el juicio se calificó la muerte como "lo más horrible que puede ser".
"Está muerta como un clavo"
Era un 2 de agosto cuando Welch llamó al 911 para informar sobre lo ocurrido a su bebé de 10 meses. "Supongo que no sé si este es el lugar correcto para informar esto, uno de mis hijos está muerto", le contó al agente.
El policía preguntó por qué creía que su hija estaba sin vida, y él respondió: "'No tengo ni idea, nos despertamos y ella está muerta". Este explicó a las autoridades que acostó a la niña a las 15:00. Pero no fue hasta las 10:00 del día siguiente cuando fue a verla para saber cómo estaba, descubriendo que estaba muerta.
El policía le preguntó si creía que era tarde para enviar ayuda e intentar que la niña reaccionara, y Welch contesto que sí. "Está muerta como un clavo", respondió con frialdad.
Durante la llamada al 911, el padre de la menor confesó haber esperado "alrededor de una hora y media" para llamar a emergencias. Antes se puso en contacto con su abogado quien le aconsejó que esperara a que él llegara para hablar con la policía.
Preocupado por cómo podría encontrarse el padre tras hallar a su hija muerta, el agente le preguntó cómo estaba. "Ya sabes, solo otro día más, es lo que es", respondió sin ningún tipo de emoción.
El bebé murió por desnutrición
Tanto Seth Welch como su mujer Tatiana Fusari, tienen fuertes creencias religiosas. No creen en los médicos y jamás acudieron a uno por el estado de salud de la pequeña Mary, ni de sus otros dos hijos.
Aseguran no confiar en ellos porque, en una ocasión, un médico los denunció a los Servicios de Protección Infantil por no seguir las recomendaciones médicas. Desde la cárcel, Welch afirma que no vio nada que le hiciera pensar que su bebé no estuviera bien.
"En la Biblia, dice que la buena comida es nuestra medicina, le dimos de comer, le estábamos dando pollo, patatas, manzanas, queso". Calificó la muerte de su hija como una "tragedia" y sentenció: " El Señor da, el Señor toma".
A pesar de que Welch afirme que le daban de comer, el informe del forense dice todo lo contrario. No había ningún indicio que hiciera pensar que la menor padeciera un trastorno del metabolismo ni parásitos.
Determinó la causa de la muerte como "desnutrición asociada con deshidratación debido a la negligencia de los cuidadores adultos". Además, los agentes que acudieron al domicilio evidenciaron las malas condiciones en las que se encontraba la casa.
Estaba llena de excrementos de ratones, moscas por toda la vivienda y la cama de la pequeña Mary llena de moho.
Ante las pruebas, los miembros del jurado solo necesitaron 80 minutos para condenar al padre de la menor como culpable. La madre será juzgada próximamente y se enfrenta a los mismos cargos que su marido.