Marco Álvarez es un joven malagueño que vive y estudia en Estados Unidos, más concretamente en la ciudad de Nueva Orleans. El drama que ha vivido no se lo desearía ni a su peor enemigo. Y es que ha perdido todo lo que tenía desde que llegó hace cuatro años a la ciudad norteamericana.
El joven está estudiando en la International Bussiness y compagina sus estudios con su gran pasión, que es la natación.
El caso es que Marco Álvarez sufrió un terrible incendio en su casa, una vivienda que comparte con tres compañeros más. "Parece que lo provocó un fallo eléctrico, la tercera planta está especialmente devastada", dice. Lo peor es que el fuego casi les cuesta la vida.
El jueves pasado, el malagueño, que padece una pericarditis, se quedó en casa tranquilamente porque tenía fiebre muy alta y malestar general. "Estaba muy malito y me fui a dormir muy pronto. No tenía cuerpo de nada", desvela Álvarez a El Español.
En torno a las tres de la madrugada escuchó a uno de sus compañeros de piso volver de fiesta a casa y bajó a hablar con ellos, debido a sus problemas de sueño. Su compañero y un amigo de este se quedaron dormidos en el sofá y Marco regresó a su cuarto para intentar dormir.
Una hora después, Marco escuchó la alarma de incendio. "Una nube de humo negro se abalanzó sobre mí. No veía a diez centímetros de mí, no entendía nada y decidí bajar corriendo", confiesa el joven.
"Fueron minutos de angustia y desespero. Creíamos que iban a morir."
Cuando pudo bajar a la planta baja, vio a su compañero y al amigo salir corriendo hacia el jardín. Empezaron a gritar en busca de ayuda y cinco de sus vecinos, que eran españoles, llamaron a los bomberos.
"Mientras, yo intenté entrar a la casa por si mis otros dos compañeros habían vuelto de la fiesta y no se habían despertado. Si estaban arriba tenía claro que iban a morir", cuenta el joven.
Marco quería recoger sus pertenencias, pero el fuego estaba muy avanzado y no podía subir a su habitación. El malagueño lloraba desconsolado y afirmaba que "es algo indescriptible".
"Fueron minutos de angustia y desespero. Creíamos que iban a morir. Mientras venían los bomberos estábamos tirados en el suelo sin saber qué hacer llorando y fue un disgusto tremendo", apunta.
Lo peor llegó cuando su otro compañero de piso Alfredo, que estaba en su habitación, "rompió la ventana de un puñetazo rajándose la mano y consiguió escalar hasta el tejado de donde lo recogieron los efectivos. Fue un milagro que esté vivo tras inhalar tanto humo. Los bomberos se lo llevaron de urgencia y aún lo siguen chequeando en el hospital", explica.
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Cuando estaban llevando a Alfredo y a Marco al hospital, apareció Armando, el otro compañero de piso. "Agradezco a Dios que se quedara aquella noche un rato más de fiesta. Fueron 45 minutos pensando que había fallecido, es uno de mis mejores amigos aquí junto al resto de mis compañeros", cuenta emocionado.
Marco Álvarez saca la parte positiva del incendio que arrasó su casa
A pesar de lo sucedido, todos han sobrevivido al incendio y asegura que "los gastos materiales van y vienen pero la vida no". A su vez, han creado una página de GoFundMe donde la gente les ha donado 20 000 dólares. "No podemos estar más agradecidos, lo necesitamos", explica.
Además de ropa, "otra compra que haremos en breve será un ordenador, primordial en un sistema educativo online como es el estadounidense. Mi móvil, no sé cómo, lo encontré intacto entre mis cosas, totalmente calcinadas", dice Álvarez.
"Con la medicación y mucha positividad me acabaré recuperando de esto y podré volver a mi deporte, que con la enfermedad no me dejan practicarlo", concluye el bueno de Marco.
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