La familia de Yéremi Vargas no parece dispuesta a rendirse. El pasado 8 de septiembre consiguieron la reapertura del caso y ahora vuelven a plantarle cara al juez instructor.
El niño desapareció en 2007 cuando jugaba con sus primos en un descampado. Desde ese día no se han vuelto a tener noticias de él. Es como si la tierra se lo hubiera tragado.
Mientras tanto, la madre y el resto de allegados de Yéremi tratan de buscar responsables. El abogado de la familia presentó un recurso contra la decisión del juez de no citar a Antonio Ojeda, el principal sospechoso. También conocido como El Rubio, había revelado a sus compañeros de prisión ciertos detalles del niño, que pueden resultar claves en el caso.
Uno de los internos declaró que en un clima de confianza, Ojeda le relató el supuesto crimen. Entre otras cosas le dijo que Yéremi "estaba azul", que "llegó muerto" y que "lo tuve que desaparecer". Comentarios que no fueron tenidos en consideración por el juez.
El letrado que defiende a la familia de Yéremi cree que es preciso "hacer valer a esta parte su derecho fundamental de acceso a la prueba. Para poder exponer y demostrar que la declaración del mencionado interno testigo era veraz completamente".
El juez no considera preciso que sea llamado a declarar. En caso de realizarlo, sería en calidad de testigo, recoge el auto, siempre "que existan pruebas o indicios para dirigir la investigación contra esta persona".
Añadía que si citaba a El Rubio estaría en la obligación de decir la verdad, lo que implicaría "un riesgo evidente para la actividad instructora". Sobre todo si más adelante hubiera motivos para imputarlo, por las garantías constitucionales que protegen la presunción de inocencia. Si fuera llamado como imputado la situación cambiaría, ya que ahí está en su derecho de faltar a la verdad.
Yéremi, un caso sin esclarecer durante 14 años
Lo que se recurre ahora es la decisión judicial que dictaminó una prórroga de seis meses de la investigación por la desaparición de Yéremi.
Una vez que consiguieron reactivar el caso, ahora llega una fase de gran relevancia. A partir del 5 de noviembre se iniciarán las rondas de declaraciones. Uno de los testimonios considerados más importantes es el de un niño de 11 años, que en la actualidad ya es mayor de edad.
Se encontraba jugando en la zona con el desaparecido y sus primos. Explicó a la Policía antes de que se cerrara la investigación que vio al niño subirse a una furgoneta blanca. En la parte posterior tenía una pegatina de unas palmeras.
Describió a un hombre que llevaba una gorra. El Rubio tenía un Renault 5 Oasis, con una pegatina de palmeras en la zona trasera.
Hay otro detalle que le convierte en el principal sospechoso de la desaparición de Yéremi Vargas. Y es que siempre iba con gorra.
El testimonio de este joven quedó invalidado al apreciar el juez algunas contradicciones. Sin embargo, la Guardia Civil cree que está involucrado en dicho suceso. Sin ningún tipo de dudas.
Consideran que hay pistas más que suficientes para que lo llamen a declarar por su implicación en la desaparición de Yéremi. En estos momentos, los agentes de la UCO descartan cualquier otra posibilidad. Todos los esfuerzos se centran en Ojeda.
El magistrado no tiene en consideración estas sospechas de los investigadores, y de momento no tiene previsto citar a El Rubio. Principalmente, según su versión, para no alterar esta primera fase de la instrucción.
Ya han pasado 14 años desde que se le perdiera la pista a Yéremi. Su familia desea justicia y llegará lo más lejos que se pueda con tal de encontrar al responsable de su desaparición.