El caso de Yéremi Vargas ha vuelto a ser reabierto por orden del Juzgado de Instrucción número de 2 de San Bartolomé de Tirajana. Existen novedades en torno al menor desaparecido en Vecindario en 2007.
La familia del pequeño ha aportado una serie de declaraciones del principal sospechoso en prisión. En ellas hacía mención al "color azul" del niño, algo que solo conocía la familia.
Yéremi Vargas sufría cianosis, que se trata de una coloración azulada de la piel ante una insuficiente oxigenación de la sangre. Esto era motivado por una serie de anomalías cardíacas y a problemas cardíacos de nacimiento.
Se trata de un detalle que pasó desapercibido para los investigadores, como recuerda el abogado dela familia, Marcos García-Montes.
Todos los indicios señalan como principal sospechoso a Antonio Ojeda, conocido como El Rubio. Realizó una serie de comentarios a su compañera de celda que podrían delatarle. Además de indicar que el pequeño "estaba azul", también dijo que "lo tuvo que desaparecer".
No se descarta ninguna hipótesis en estos momentos, pero es posible que utilizara algún tipo de disolvente o producto para adormecerle. Esto pudo provocar la muerte de Yéremi Vargas.
En el escrito presentado por el abogado de la familia sostienen que solo podía "saber de la enfermedad si participó de la desaparición". Sobre todo porque esta información no se hizo pública en ningún momento. Solo lo conocía un grupo muy reducido de personas.
Ojeda mantuvo esta conversación con su compañero de prisión en un ambiente distendido, cuando entre ellos dos había ya una cierta confianza. Eso invita a pensar que se trata de un síntoma de reconocimiento de los hechos.
En un primer momento el juez del caso no le concedió demasiada importancia a estas palabras. Entendía que los reos habían disfrutado de permisos penitenciarios y sus declaraciones no eran libres. Hablaban con intención de conseguir beneficios.
Detalles de Yéremi Vargas de gran valor
El principal sospechoso de la desaparición de Yéremi Vargas también habló de otro detalle que no pasó desapercibido. De las gafas que llevaba el niño el día de la desaparición. La persona que compartía celda con él aseguró que le dijo el color de las gafas.
Se trataba de un modelo azul en la parte frontal y de un color pistacho en las patillas. El escrito vuelve a incidir en que se trata de otra información relevante que pasó desapercibida. En ningún momento se había desvelado esta información.
No hay que pasar por alto que en la foto que se difundió del menor las gafas que portaba eran distintas. Además, Ojeda se sitúa en el lugar del suceso al presentarse como testigo de lo sucedido, como recogió una entrevista en Espejo Público.
En aquel instante las declaraciones realizadas en televisión no se añadieron al procedimiento al no ser investigado como sospechoso. El Rubio estuvo en la zona de la desaparición, e incluso se presentó voluntario para proporcionar datos sobre el caso.
Incluso seis meses después de lo ocurrido mantenía seguridad a la hora de detallar las fechas y horas concretas. Algo similar ocurrió en 2012 con el caso de otro niño por el que fue enjuiciado por un delito de agresión sexual.
Ocurrió en El Doctoral, y por ello fue condenado a cinco años, siendo ya puesto en libertad. El caso Yéremi Vargas se encuentra ante un nuevo capítulo. Queda por conocer si hay los suficientes indicios para implicar a Ojeda.
El día de la desaparición del pequeño un niño de 11 años recordó ver a un hombre con gorra huyendo del lugar en coche. Si por algo se caracteriza El Rubio es por llevar siempre una gorra como parte de su vestuario.
Sin embargo, algunas contradicciones en la declaración debilitaron el testimonio.