España ya ha comenzado a inocular la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a mayores de 60 años. Son muchos los ciudadanos que se han acercado hasta sus centros de salud para recibirla gustosamente.
No obstante, todavía hay quienes se resisten a vacunarse contra esta enfermedad que tantas vidas se ha cobrado alrededor del mundo y esto es un grave problema.
Hay ciudadanos que rechazan la vacuna a estas alturas
Cuanto mayor sea el número de personas vacunadas contra este coronavirus, mejor será la situación general. A pesar de que en España la campaña de vacunación ha logrado captar el interés de la mayoría de los ciudadanos, aún hay quienes se niegan a vacunarse contra el COVID-19.
El problema es que la incidencia acumulada ha vuelto a incrementarse en las últimas semanas y la mayoría de los contagiados son personas que no han recibido la pauta. De hecho, los científicos recordaron durante el Foro Mundial de Pandemias, celebrado el fin de semana, que siete de cada diez personas infectadas no se han vacunado.
Por eso, hay que expertos que tienen clara su postura ante quienes no quieren vacunarse. Si no quieren recibir la pauta correspondiente, la sanidad pública tampoco debería hacerse cargo de sus tratamientos si se contagian.
El virólogo Luis Enjuanes opina que la Seguridad Social no tendría por qué cargar con los costes del tratamiento para quienes estén infectados y hayan rechazado vacunarse contra el COVID-19.
"Si ellos no colaboran con la sociedad, la sociedad no debe colaborar con ellos", aseguraba este experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Radio Nacional el fin de semana.
Para este virólogo, la vacunación es una de las principales vías para atajar la enfermedad. Por este motivo, Luis Enjuanes ha solicitado que se tomen medidas duras contra quienes rechazan la inoculación.
"Si usted no se vacuna, no puede trabajar para el Gobierno. Si usted no se vacuna y tiene un problema por la infección con este virus, la Seguridad Social española no se va a hacer cargo de su tratamiento. Usted no se vacuna, no puede ir a centros públicos", subrayó este coordinador del equipo que está creando la vacuna española contra esta enfermedad.
De acuerdo con este experto, estas restricciones servirían como medida de presión para quienes rechazan las dosis contra el COVID-19 porque en España no es algo obligatorio.
La falta de vacunados requiere medidas drásticas
En otros países, las exigencias son mayores. Tanto es así que se pide estar totalmente vacunado frente a este coronavirus si se quiere hacer una vida relativamente normal.
Esta es precisamente la drástica medida que se tomará en Austria en los próximos días. El país está confinado de nuevo hasta el 13 de diciembre. A partir de entonces, el encierro solo seguirá vigente para aquellos ciudadanos que no estén vacunados.
Su baja tasa de población que ha recibido las dosis pertinentes ha derivado en una nueva ola de contagios. Esta situación ha hecho que el Gobierno imponga de nuevo restricciones.
Además, a partir del próximo año, Austria exigirá que todos sus habitantes hayan recibido la pauta completa.
Para evitar que en España suceda lo mismo, los expertos animan a la población antivacunas a que acuda a su centro de salud. Vacunándose ellos protegen también a su círculo más cercano, algo que no deben olvidar.
A estas alturas, no hay más opciones que valgan. Está claro que la tan ansiada inmunidad de rebaño ha frenado desde el principio la expansión de virus. Cuantas más personas tengan la pauta completa mejor para todos.