En el pasado curso 2020/2021, el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE), del Instituto Carlos III, notificó solo 12 casos. La anterior campaña hubo 9391, cuando el COVID-19 todavía no había incidido tanto en la salud de los españoles. Gracias a unos expertos en la materia, sabemos el por qué de este cambio.
Por una parte, las medidas anti-Covid han cortado las cadenas de transmisión de virus respiratorios. Además, la gran fuerza del SARS-CoV-2 ha restado poder a los patógenos que causan esta enfermedad.
Según el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiológica, Óscar Zurriaga, la incidencia tan baja de gripe se debió, sobre todo, a las medidas no farmacológicas para frenar la COVID-19. Hablamos de la mascarilla o la distancia social.
"Los sistemas de vigilancia estaban hechos unos zorros. Fue muy difícil hacer un seguimiento de la gripe porque se centraron todas las fuerzas en la detección del SARS-CoV-2. Así que quizá muchos casos pasaran desapercibidos", ha asegurado al diario La Razón.
"La ausencia de circulación de ciertos patógenos conllevaría una disminución de la inmunidad "
Expertos del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, los hospitales Clínico Universitario y Río Hortega y la Universidad de Valladolid han realizado un estudio. Sobre este, han concluido que la próxima epidemia de gripe podría comenzar antes de lo previsto y ser más preocupante y larga que las anteriores.
"La ausencia de circulación de ciertos patógenos puede conducir a una disminución de la inmunidad colectiva frente a ellos. Esto puede promover el aumento de epidemias más graves y duraderas que comienzan antes". Así lo avisa Raúl Ortiz de Lejarazu, responsable del Centro Nacional de Gripe de Valladolid.
En el estudio se explica que, en el caso de la gripe, la protección serológica cae entre el 6 y el 11% cada mes después del pico máximo de anticuerpos. La seroprotección tras la vacunación antigripal cae por debajo del 60% frente a los subtipos de gripe A (H1 y H3) y de gripe B un año después de la inmunización, alcanzando títulos de anticuerpos similares a los analizados antes de la vacunación.
Además, esta sero-evanescencia ocurre con mayor intensidad en los ancianos que en los niños. El hecho de que el año pasado se vacunara a más gente contra la gripe, un 61% más, no es ningún seguro de garantía.
"La vacunación es solo una parte de la protección que establecemos contra el virus. La mayor procede de la gente que se infecta y como este año eso no ha sucedido, la inmunidad seguro que está bajando y la siguiente epidemia puede ser peor en tres aspectos: empezar antes, durar más y ser más grave", afirma Sanz Muño, responsable científico y de vigilancia virológica del mismo centro.
¿De qué dependerá que se adelante la campaña de vacunación de la gripe?
Los resultados son concluyentes. Cuando la gripe se contagia menos la inmunidad se resiente. De forma que en el 72% de las siguientes epidemias comienzan antes y son más largas y severas.
"En la actualidad nos encontramos ante una situación similar. Hemos tenido una temporada en la que apenas ha habido casos y el escenario sería muy equiparable e incluso aumentado. Y es que en los inviernos templados, aunque menos, sigue habiendo contagios".
Pedro Gullón, especialista en medicina preventiva, advierte que "va a depender mucho de si adelantamos la campaña de vacunación como el año pasado. También si mantenemos algunas de las medidas anti Covid, como la limitación de aforos. O del tipo de cepa que venga este año, pero eso es pronto para aventurarlo".
"Lo único previsible es que la gripe es imprevisible", asegura el especialista Pedro Alsina Mier. "Ahora bien, especulando, se puede dar el escenario de que como hemos estado menos expuestos, a nivel colectivo tenemos una inmunidad menor, así que con una gripe convencional la gravedad puede ser mayor".
Magda Campins, jefa del Servicio de Medicina Preventiva, prevé que está próxima temporada de gripe no cambiará demasiado respecto a la pasada. "Los datos publicados por la red de vigilancia epidemiológica de la OMS muestran que allí no ha habido apenas circulación de gripe".
"Es cierto que en Australia ahora hay confinamientos parciales porque ha vuelto a crecer la incidencia de Covid y no se pueden extrapolar datos. Pero, en países latinoamericanos como Chile, Argentina y Paraguay, donde no hay este tipo de restricción, la gripe casi circula. Esto me induce a pensar que, si tenemos gripe en el hemisferio norte, tendremos poca", sostiene.
¿Por qué no hay que retrasar la tercera dosis de la vacuna de la Covid?
Todo apunta a que se adelantará la vacunación de la gripe al próximo mes de octubre. "Antes de 2020 se administraba en noviembre porque la inmunidad de la vacuna se pierde a los seis meses. Cuando se alcanzaba el pico de la epidemia, algunas personas ya estaban con los anticuerpos en bajada".
"Cuando llegó el coronavirus se adelantó a octubre para evitar coinfecciones y este año todo parece indicar que será igual. Asimismo, tampoco hay que retrasar mucho más la tercera dosis de la vacuna de la COVID-19 en mayores e inmunodeprimidos. Hay que tener en cuenta el avance de la Delta y el escape de los sueros actuales frente a esta variante", concluye Campins.