Se siguen conociendo más detalles sobre la explosión que ayer hizo saltar por los aires un edificio entero en el centro de Madrid. Hoy se ha conocido que una de las cuatro víctimas mortales es Javier Gandía Sepúlveda, un albañil de 45 años que estaba trabajando en el edificio de enfrente y murió a causa de la onda expansiva.
Javier era natural de la localidad manchega de La Puebla de Almoradiel, en Toledo. El presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page, ha querido mostrar sus condolencias a través de un mensaje en redes sociales.
«Mi más sincero pésame a la familia de Javier», ha dicho el presidente manchego, «estamos consternados ante este terrible suceso». García-Page ha confirmado que se trata de un albañil de 45 años que trabajaba en el edificio de enfrente de la parroquia donde se produjo la explosión, ayer por la tarde, debido a una avería en una caldera.
El fallecido solía ir a Madrid con frecuencia para trabajar. El ayuntamiento de su pueblo natal ha detallado que tanto él, como su esposa y sus dos hijos 9 y 15 años, son vecinos del pueblo. La noticia ha causado una gran conmoción entre los habitantes de La Puebla de Almoradiel, que se han enterado esta mañana del fallecimiento de Javier.
El consistorio no descarta decretar luto, pero aún está por determinar ya que todo ha sido muy precipitado. En estos momentos, el cuerpo de Javier se encuentra en el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizará la autopsia.
Consternación en el pueblo
El fallecido era propietario de una empresa de construcciones y reformas, y la mayoría de los trabajos los realizaba en Madrid. El alcalde de la localidad donde vivía, Alberto Tostado, lo conocía de toda la vida y de hecho fueron juntos a clase. «Solo puedo decir cosas buenas de él y su familia», ha dicho, y le ha descrito como alguien «muy trabajador, siempre yendo y viviendo para ganarse el pan».
El alcalde ha explicado que en el consistorio están consternados y que se han puesto a disposición de la familia para colaborar en lo que sea necesario. Una de las concejales es prima hermana de la víctima, tal y como ha confirmado el propio alcalde, que también ha avanzado que estudian decretar un día de luto.
El ayuntamiento de La Puebla de Almoradiel ha colgado en redes sociales un mensaje en recuerdo del fallecido: «Hemos tenido que lamentar la muerte de un convecino en la explosión de un edificio que tuvo lugar ayer en Madrid. Nuestro más sincero pésame».
La fuerte explosión
El incidente en el que murió Javier tuvo lugar ayer por la tarde en la calle Toledo número 98, en el madrileño barrio de La Latina. En el edificio de la parroquia Virgen de la Paloma se produjo una fuerte explosión, que emergencias y policía atribuyen a una avería en una de las calderas, y que destrozó las cuatro planta superiores.
El incidente se produjo mientras David, un electricista de 35 años también fallecido, intentaba arreglar una avería en una de las calderas. David era un feligrés que vivía en la misma calle y que era un buen amigo de los religiosos de la parroquia. Estos le pidieron ayuda al notar un fuerte olor a gas que había invadido todo el edificio.
David estaba manipulando la caldera del quinto piso cuando se produjo la deflagración. La explosión fue tan fuerte que muchos testigos pensaron que se trataba de un atentado con bomba. Otras dos víctimas mortales se encontraban en mitad de la calle, y la cuarta es Javier, que se encontraba trabajando en un piso enfrente.
Una de las personas que murieron fue el joven sacerdote Rubén Pérez Alaya, de 36 años. La explosión le provocó graves heridas y llegó muy grave al hospital, donde los médicos trataron estabilizarle antes de operarle. Finalmente murió. Rubén había sido ordenado sacerdote el 20 de junio del año pasado en la catedral de La Almudena, y ofició su primera misa al día siguiente en la parroquia de la calle Toledo.