Casi cinco meses después de que las pequeñas Anna y Olivia fueran secuestradas por su padre, Tomás Gimeno, el caso da un giro radical. El hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia fue la pista clave sobre lo que Tomás les hizo a sus hijas. Su objetivo era destrozar a su expareja y madre de las pequeñas arrebatándoselas de la peor manera posible.
Fueron muchas semanas de búsqueda para dar con el cuerpo de Anna y de Gimeno, pero la operación no dio resultado. La última señal del móvil situaba al parricida en un lugar concreto del mar y fue allí donde se centró la búsqueda.
Sin embargo, ahora la Guardia Civil sospecha que Tomás Gimeno pudo seguir navegando tras deshacerse de sus hijas.
Tomás Gimeno podría estar en otro lugar
La noche del 27 de abril de 2021, Tomás Gimeno llevó a cabo el mayor crimen que se puede realizar. Incapaz de superar la ruptura con Beatriz Zimmerman, decidió matar a sus propias hijas y arrojarlas al mar, lastrando sus cuerpos hasta el fondo.
No fue hasta el 10 de junio cuando el buque Ángeles Alvariño encontró una bolsa de deporte donde se hallaban los restos de Olivia. Se presumía que cerca debía estar la pequeña Anna y el cadáver de Gimeno, pero la búsqueda no dio resultados.
Ahora los agentes de la UCO, están barajando la posibilidad de que el asesino hubiera seguido navegando tras arrojar los cuerpos de las niñas. Un viaje sin retorno con el único destino de quitarse la vida lejos del punto donde lastró a sus hijas.
Una maniobra más de distracción
La última señal del móvil de Tomás fue la clave para dar con Olivia, de ahí que la Guardia Civil cercara esa zona del mar. Sin embargo, no hubo rastro de Anna ni del padre. Es por ello que las últimas informaciones llevan a pensar en una estrategia para despistar a los investigadores.
Al parecer, el parricida podría haber hecho creer que su cuerpo también se encontraría en el lugar de su última geolocalización. No obstante, este podría haberse quitado la vida en otro punto más alejado tras continuar navegando, dificultando así las labores de búsqueda. De esta manera, su cuerpo jamás sería encontrado.
La búsqueda se finalizó, pero sigue quedando el dolor de una madre
Beatriz Zimmerman aseguró que no podrá superar el duelo hasta que aparezcan los cuerpos de su hija Anna y de Tomás. El macuto donde se hallaba Olivia estaba junto a otro donde podría haber estado Anna. Sin embargo, este presentaba una abertura por donde podría haberse desprendido la pequeña al caer al mar.
20 días después de encontrar a la hija mayor, la búsqueda llegó a su final. La magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Santa Cruz de Tenerife así lo decidió tras el último informe.
En él se especificaba que era "completamente inabordable" la orografía del fondo marino. Así se terminaba con toda esperanza de poner punto y final a la pesadilla de Zimmerman.
Sin rastro de Anna ni de Tomás, a ambos se les consideran en paradero desconocido. Una situación que añade más dolor a la familia y que era lo que Gimeno deseaba.
"No se ha encontrado su cuerpo, pero podemos estar convencidos de que Tomás acabó con su vida", explica el portavoz de Beatriz. De hecho habrá que esperar 10 años para que Gimeno sea declarado fallecido.
El caso todavía no está cerrado tal y como ha explicado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. "Se sigue trabajando con la Guardia Civil", ha especificado aportando algo de sosiego a la familia de las pequeñas.