Una gran multitud se ha concentrado en Ighran (Marruecos) para despedir a Rayan Awram, el niño de 5 años que murió tras pasar cuatro días atrapado en un pozo. El mundo siguió con expectación la operación de rescate, sin precedentes en el país. Ahora, una multitud alrededor del mundo llora también su muerte.
Cientos de personas se dieron cita en el cementerio próximo a Ighran, la ciudad donde ocurrió el accidente, al norte de Marruecos. Los allegados pudieron despedir al pequeño Rayan en una ceremonia bajo el rito musulmán. Desde todas partes del mundo llegaron mensajes y plegarias por el alma del menor.
“Siempre en nuestros corazones”, “es el hijo de todos nosotros”, “ha devuelto la fe en la humanidad”. Son algunos de los mensajes que se han podido leer en el adiós a Rayan. El infante se precipitó por un pozo seco de 32 metros hace justo una semana, en un caso que recordó al de Julen en España.
Centenares de personas
Rayan Awram, un menor de 5 años, se precipitó por un pozo angosto de varios metros de longitud el martes de la semana pasada. Se puso en marcha una laboriosa operación de rescate para sacar al pequeño con vida, sin provocar un desprendimiento de tierra. Las noticias que llegaban eran esperanzadoras.
Una cámara consiguió detectar movimiento en el fondo del pozo, lo cual indicaba que el menor seguía con vida. Lamentablemente, el sábado llegó la peor de las noticias: habían rescatado al pequeño Rayan, pero sin vida. El funeral por su alma, oficiado ayer, mostró la solidaridad que ha despertado este caso.
El funeral fue seguido por centenares de personas en la esplanada del cementerio, pero también desde todas partes del mundo. El imam leyó una plegaria ante los padres y los familiares de la víctima, antes de enterrar el ataúd. El acto fue acompañado de muchos llantos y cánticos religiosos.
Pésame de todo el mundo
En el suelo yacía el ataúd del infante, envuelto en una sábana verde con escrituras coránicas. Había tanta gente a su alrededor que ni siquiera cabían en el cementerio. En casa de la familia se tuvieron que habilitar dos carpas para dar el pésame. Entre las condolencias estaban también las del rey Mohammed VI.
Personalidades como el monarca marroquí, el Papa Francisco y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han dado también su pésame. Y es que el caso ha tenido paralizado a todo el país y el resto del mundo. A pesar de las esperanzas de salvarle la vida, el menor murió debido a las heridas sufridas.
El sábado por la noche se escucharon vítores mientras los rescatistas retiraban los últimos puñados de tierra para llegar hasta él. Pero la alegría se convirtió en dolor cuando se confirmó la muerte del menor. Todo el país quedó en shock, en especial los vecinos de la localidad del niño Rayan.
'Siempre en nuestros corazones'
“Aquí nunca hemos visto a los medios ni a los políticos, no tenemos señal de teléfono, carreteras, hospitales o escuelas”, dice un vecino en declaraciones recogidas por el The Guardian. “Es como si Rayan arrojara luz sobre nuestra región”, añadió. Y más: “Rayan está grabado para siempre en nuestros corazones”.
Otro vecino declaró para Al Jazeera: “Tengo 50 años y nunca he visto tantas personas en un funeral, Rayan es el hijo de todos nosotros”. Un vecino afirma: “La muerte de Rayan ha renovado la fe en la humanidad”. Y destaca el hecho de que “muchas personas de diferentes lenguas expresan su solidaridad”.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de solidaridad hacia el menor durante las labores de rescate. Luego, cuando se conoció su muerte, se sucedieron los mensajes de dolor. Su caso ha despertado un gran interés, en especial en los países árabes, donde ahora rezan por su alma.
Cómo murió Rayan Awram
El padre de Rayan, Khaled Aourram, explicó que estaba reparando un pozo cerca de su domicilio familiar cuando su hijo cayó dentro. El agujero mide 45 centímetros de ancho, y era demasiado estrecho para pasar a través de él. Ensancharlo era muy arriesgado porque podía producir un desprendimiento de tierra.
Como en el caso de Julen, los rescatistas optaron por cavar un túnel paralelo para acceder al niño. Durante cuatro días trabajaron con excavadoras y cargadores frontales hasta alcanzar el nivel donde estaba el menor. Finalmente cavaron un túnel horizontal, pero al llegar hasta el menor ya estaba muerto.
Durante el tiempo que duraron los trabajos, una multitud se congregó en el lugar cantando y rezando. Rayan consiguió resistir varios días en las profundidades del agujero, gracias al oxígeno y agua con azúcar que recibió a través de un tubo. Finalmente murió, debido a las heridas y a un proceso de inanición.