Buque Ángeles Alvariño con la foto de Tomás Gimeno

Fin a la investigación sobre Tomás Gimeno: la policía detalla qué pasó

La investigación del caso desvela qué hizo finalmente Tomás Gimeno

Malas noticias para Beatriz Zimmermann, la madre de las niñas de Tenerife, que lleva semanas esperando a que aparezca Anna, su hija pequeña. En las últimas horas, el mazazo para la familia ha sido enorme al continuar sin hallarse los cuerpos de Tomás Gimeno y su benjamina.

El buque oceanográfico Ángeles Alvariño ya se dirige rumbo a Cádiz después de la decisión tomada por la jueza. La magistrada, que instruye el caso del supuesto asesinato de Tomás Gimeno a sus hijas Anna y Olivia, da por imposible que puedan encontrarles.

Tras el hallazgo del buque, el pasado 24 de junio, de dos botellas de oxígeno en un lugar lejano, los expertos lo tienen claro. Así las cosas, consideran que fue en esa zona donde el empresario se lanzó al mar para quitarse la vida.

La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Tenerife ha decidido ejecutar el cese de la búsqueda del Ángeles Alvariño. Lo ha hecho basándose en un informe elaborado por el jefe de operaciones del buque oceanográfico.

Una búsqueda "completamente inabordable"

El caso es que este informe detalla que es "completamente inabordable" la búsqueda de padre e hija. Hablamos de una zona en donde supuestamente podrían hallarse nuevas pistas relacionadas con el caso.

Los investigadores creen que, dadas las corrientes submarinas en esta zona, "no se puede asegurar que un cuerpo lastrado con un cinturón de buceo no se desplazaría rodando. Podría llegar a un lugar no determinado y, por tanto, fuera de la capacidad de búsqueda de que disponemos".

La Guardia Civil, en el marco de sus investigaciones, comprobó algo en "la larga deriva" del barco del supuesto asesino tras la pérdida de señal de su móvil. Durante un breve periodo de tiempo, sus motores volvieron a activarse e hizo una navegación de tan solo tres minutos.

El informe explica que la zona donde paró de nuevo los motores sería la más lógica donde Tomás podría haberse tirado al mar. Además, desde este punto se marcó una nueva área de búsqueda, de unos 500 metros de radio.

Más tarde, se aumentó el radio de búsqueda hasta dos veces, incluso en un lugar "muy escarpado con gran cantidad de barrancos y grietas". Allí hubo "enganches serios" del cable umbilical que une el submarino con el barco en unas rocas del fondo. A su vez, en una ocasión fue necesaria casi una hora para poder liberarse.

El incansable trabajo del Ángeles Alvariño

El Ángeles Alvariño ha trabajado sin descanso y luchando contra todo, más de un mes, en las aguas de Tenerife. La previsión de la Delegación del Gobierno, Gobierno de Canarias y el Ministerio de Ciencia e Innovación era que el buque buscase unos nueve días. Pero, viendo que pasan los días y no se ha conseguido encontrar los cuerpos de Tomás y Anna, se ha decidido finalizar dichos trabajos.

Incluso fuentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil admitieron que esta era una de las investigaciones más complicadas que han experimentado. El motivo no es otro que la enorme dificultad de encontrar más pistas en la inmensidad del Atlántico.

Gracias a un sonar de barrido lateral y de un robot, el Ángeles Alvariño localizó el 10 de junio el cadáver de Olivia a 1.000 metros de profundidad. El cuerpo de la pequeña se encontraba dentro de una bolsa de deporte lastrado al ancla de la lancha de su padre.

Además, pudo encontrarse otra de similar aspecto. En este, supuestamente, el padre de las niñas introdujo el cuerpo de su hija Anna, pero estaba roto y sin nada en su interior.