El buque Ángeles Alvariño, que lleva un mes buscando los cuerpos de Anna y Tomás Gimeno, suspenderá las labores de búsqueda próximamente. Será la autoridad judicial quien dé la orden de paralizar una búsqueda que ya consideran "inabordable".
Así, el buque tiene pocos días, quizás horas, para seguir rastreando la zona en busca del cuerpo de Tomás, el padre de las niñas. Tanto la jueza como el responsable de operaciones del buque han concluido que es "imposible" seguir operando en esta zona.
El fondo marino en esa zona es un terreno muy "escarpado" en el que ni siquiera las herramientas adjuntas al buque pueden trabajar. El responsable del buque mandó un informe a la jueza calificando la búsqueda como "completamente inabordable".
"En el transcurso de la búsqueda, la Policía Judicial descubrió que en la larga deriva que tuvo la embarcación tras la pérdida de señal del móvil, durante un corto periodo de tiempo, sus motores volvieron a funcionar y realizó una navegación de unos tres minutos", explica el peritaje técnico.
La conclusión es que "el punto donde paró de nuevo los motores es el punto más probable donde Tomás hubiera podido arrojarse al mar".
Este informe llevó a cambiar la zona de búsqueda del cuerpo de Tomás y que llevó al hallazgo de dos botellas de aire. Desde ese punto, el robot ha explorado una superficie de 611.903 m².
El escrito concluye que "esta línea de deriva fue tomada como base, y la exploración se fue extendiendo a ambos lados de la misma". El hallazgo de las botellas confirmó las sospechas de la Guardia Civil, pero ahora el terreno es demasiado irregular para seguir explorando.
Se cree que Tomás habría usado las botellas de oxígeno para bajar hasta una profundidad de la que ya no pudiera volver a subir. Al no encontrarse tampoco el cinturón, se cree que las corrientes marinas podrían haber desplazado el cuerpo de Tomás hasta un lugar "no determinado".
El informe dice también que "la cantidad de grietas y barrancos y la profundidad de los mismos, en ocasiones de centenares de metros, no permiten asegurar que en las zonas ya miradas no esté el cuerpo de Tomás o algún otro objeto procedente de la embarcación".
Beatriz Zimmermann podría no saber nunca qué pasó con Tomás
La autoridad judicial autorizará en los próximos días el cese de operaciones de rastro del buque. Con esta decisión, prácticamente se acaban las posibilidades de encontrar los cuerpos de Tomás y de Anna.
Las autoridades son conscientes de que el hecho de haber encontrado el cuerpo de Olivia ya era, de por sí, un "milagro". Pero las esperanzas estaban puestas en encontrar por lo menos el de Tomás, de manera que la madre de las niñas pudiera descansar.
Beatriz Zimmermann llegó a explicar que tendría miedo el resto de su vida si no tenía la certeza de que Tomás estaba muerto. Ella sabe que Anna está muerta, como su hermana, aunque su cuerpo no aparezca.
Pero la duda sobre el destino final de Tomás siempre seguirá ahí. Además, el caso no podrá cerrarse y podría estar abierto dos décadas.
Ante esta situación, mucha gente incluso ha llegado a especular con la posibilidad de que Tomás acabase huyendo con Anna. Argumentan que el hombre podría haber matado a Olivia porque ya era mayor, tenía seis años.
Con esa edad, sería difícil llevársela y empezar una vida nueva con ella sin que la pequeña pida volver a ver a su madre. En cambio, en el caso de Anna ese problema no existiría. Con solo un año de edad, a Tomás le resultaría fácil empezar de cero.
Por esa razón, muchos siguen creyendo que Tomás podría haber huido con la niña. Aun así, la Guardia Civil y el juzgado están casi convencidos de que Tomás se suicidó. El problema es que, sin el cuerpo, puede ser que nunca llegue a saberse qué pasó en realidad.