Un famoso se negó a recibir la vacuna y ahora permanece intubado en la UCI de un hospital, donde lleva 15 días ingresado. Se trata del expiloto de motociclismo Jorge Lis, que defendió hasta el último momento sus ideas negacionistas.
Este pensamiento, en donde rechazaba incluso la existencia del virus, le llevó a enfrentarse con su familia. Trató de convencerles para que no se vacunaran.
Jorge Lis, de 46 años, presumía de tener una vida sana y sin patologías previas. Hace unas semanas empezó a notar los primeros síntomas, pero no les concedió importancia.
Con el paso de los días fue empeorando la situación hasta acabar ingresado en un hospital. En un principio pensó que se trataría de algo pasajero, de apenas unas horas. Sin embargo, estaba equivocado.
Su estado de salud se agravó y el virus provocó una neumonía bilateral y el paciente tuvo que ser derivado a la UCI. Allí lleva ya 15 días en estado de coma inducido.
El arrepentimiento de Jorge Lis
Jorge Lis había sido subcampeón de España de motociclismo en 1996 y ahora ejercía labores de coach con varios pilotos. Pese a que se mantuvo siempre fiel a sus teorías negacionistas, en el último momento cambió de opinión.
Antes de ser intubado le confesó a sus familiares y amigos que estaba arrepentido por ello. "Nos pidió perdón por no haber escuchado y un poco por las ideas que había tenido estos meses", dijo su hermana Elena.
Ahora, el expiloto se encuentra ante la carrera más importante de su vida. Le toca remontar para conseguir la victoria y salir airoso.
El caso de Jorge Lis no se puede considerar como un hecho aislado. Hay que recordar que el 83% de los contagiados no están vacunados. Además, muchas de las personas que ingresan en los hospitales por COVID-19 habían rechazado recibir la dosis.
En estos momentos hay 10 500 pacientes ingresados en los centros médicos a consecuencia del virus.
Hace apenas una semana se conocía el fallecimiento de un negacionista de 34 años. Stephen Harmon formaba parte de una popular iglesia antivacunas de Los Ángeles. En todo momento menospreció el poder del COVID-19.
Había asegurado que las vacunas eran un engaño y también calificó de "estúpidas" las máquinas de respiración asistida. Así lo recoge el diario The Sun.
Antes de perder la vida tuvo tiempo para reírse de todas las medidas impuestas por las autoridades para frenar el virus. También de los sanitarios que se encontraban luchando en primera línea contra el virus. Aseguró que tenía "99 problemas, pero la vacuna no es uno de ellos".
Siempre tuvo en la cabeza que no se trataba de algo tan grave como se decía en los medios. Sin embargo, todo eso cambió cuando tuvo que ser trasladado a un hospital a las afueras de Los Ángeles. Se había contagiado por COVID-19 y tuvieron que conectarle a un respirador para tratar su neumonía aguda.
En el centro médico nunca se negó a recibir el tratamiento. Empezó a mostrar a sus seguidores en las redes sociales las secuelas de la enfermedad. El día que le ingresaron en la UCI pidió a sus fans que rezaran por él, "realmente quieren intubarme y ponerme un ventilador".
Poco antes de fallecer, en su último tuit, aseguraba que "no sé cuándo me despertaré. Por favor, recen".
Se había mostrado contrario a la vacuna porque creía que su fe religiosa "le protegería" ante todos los males. Confiaba más en la biblia que en los médicos.
Finalmente murió en el hospital a consecuencia del COVID-19 y sin haberse vacunado. Desde su entorno recomendaban siempre hacerle caso a los médicos, algo que él no respetó.