Jorge, un negacionista valenciano de 46 años, lleva 15 días en la UCI del hospital La Fe de Valencia. Hablamos de un negacionista declarado, que confirmó con una prueba PCR que los vómitos y la fiebre alta que sufría eran por culpa del COVID-19.
"Tengo miedo Elena, de que por haber sido un cafre ahora no podamos frenar esto, esta semana ha sido de golpe una de mis mayores lecciones de vida. Pasar mucho tiempo en Twitter, etcétera me había radicalizado al extremo. Ojalá me hubiese vacunado", escribía el ingresado en un wasap a su hermana Elena.
Así lo cuenta la valenciana en una emotiva carta publicada en El Periódico de Cataluña. '"Este wasap me lo mandó el pasado 13 de julio mi hermano. 46 años y negacionista declarado, tras haber confirmado con una PCR que los vómitos y fiebre que tenía eran debido al COVID-19", comienza.
"Días después ingresaba en el hospital. Se fue con su ordenador y una maleta cargada de libros. Sin sospechar que en pocos días le iban a inducir al coma porque era necesario intubarle para salvarle la vida", prosigue.
El negacionista que lleva 2 semanas en la UCI
Elena explica cómo está su hermano y las condiciones en las que se encuentra en la UCI. "Hoy se cumplen 15 días desde que está en la UCI del hospital La Fe de Valencia en estado de extrema gravedad. De hecho, el ventilador no ha sido suficiente y lo han tenido que conectar a una máquina de último recurso llamada ECMO", expone.
"Este virus es así de traicionero y en horas pasó de creer que pronto se iba de alta a complicarse con una gravísima neumonía bilateral. Los médicos nos han explicado que hay un momento, que suele producirse entre siete y diez días desde el inicio de los síntomas, en el que a algunas personas, no se sabe por qué, se les desarrolla un súbito proceso inflamatorio pulmonar que no pueden detener", relata la hermana de Jorge.
"Ahora solo nos queda esperar. En el mejor de los casos, nos enfrentaremos a unos meses de angustia, con el teléfono pegado día y noche, con altibajos y tensión. En otros escenarios prefiero no pensar", se lamenta.
Su hermana Elena se lamenta de la actitud del ingresado por COVID-19
Así, Elena desvela el giro dado por su hermano y afirma que "Jorge y yo nos habíamos enfrentado un montón de veces por el COVID-19. Él, que al inicio de la pandemia vivía atemorizado, de repente dio un giro y se contagió de un virus invisible y muy peligroso. El de las teorías que niegan la existencia del covid o relativizan sus efectos", narra.
"Escuchaba a presuntos gurús que presumían de manejar información privilegiada: datos económicos y sociales fuera del alcance del resto de los mortales, científicos incluidos. Luego salió la vacuna y, en esa misma línea, se negó a ponérsela. Incluso intentó que el resto de la familia, incluida mi madre de 84 años, tampoco lo hiciera", cuenta.
"No me olvido de sus ojos asustados y suplicantes cuando le dijeron que al menos pasaría 15 días en la UCI. Lo que habría dado en ese momento por haberse puesto esa vacuna que despreció", asegura.
"Para él ya es tarde, su suerte está echada, porque solo depende de Dios y de los sanitarios que se desviven desde hace meses. Quieren combatir una pandemia que algunos incautos aún se empeñan en negar", ha escrito en El Periódico.
Por último, la joven afirma que "no tengo fuerzas ni ganas para entrar en polémicas trasnochadas. Que si es una vacuna no bastante probada, que si habrá futuros efectos secundarios o que si ha cumplido los postulados de Koch. Puede que no frenen totalmente los contagios, pero si evitan acabar en la UCI y eso es más que suficiente", sentencia.