Nuevo varapalo para los gobiernos europeos ante la subida en el precio de las vacunas contra la COVID-19. Las farmacéuticas Pfizer y Modernas, las principales distribuidoras de esos sueros, han optado por encarecer sus productos. Así lo recoge un informe publicado este domingo en The Financial Times.
Sin lugar a dudas, se trata de una noticia que no ha sentado del todo bien a la opinión pública. Entienden que se aprovechan de la situación de necesidad de las administraciones para elevar este coste.
A partir de ahora la dosis de Pfizer costará 19,50 euros, cuando hasta ahora su valor era de 15,50. Por su parte, Moderna pasará de 19 a 21 euros, aunque el aumento podría haber llegado hasta los 24 por unidad.
Esto implica que el precio de las inyecciones crecerá entre un 4% y un 10%, según los últimos acuerdos de la Unión Europea. Lo que se buscaba con esta compra masiva de vacunas por parte del organismo era básicamente dos cosas.
Por un lado, conseguir que haya un reparto lo más justo posible entre los distintos países, y por otro obtener el mejor precio posible.
Precios más caros en la vacuna ante sus buenos resultados
En cualquier caso, esta subida de precios en las vacunas del coronavirus están motivadas por los buenos resultados de los antídotos. En cuestión de semanas consiguieron frenar de manera importante el número de fallecidos en todo el mundo.
A ello se le añade además, el correcto funcionamiento de su cadena de suministros, sobre todo si se compara con estas farmacéuticas. Es el caso de Janssen o AstraZeneca, que fueron mucho más conflictivas con los plazos de entrega y distribuciones.
La Comisión Europea, al parecer, habría llegado a un acuerdo con Moderna y Pfizer en su día para mejorar el contrato. Lo hizo con el ánimo de garantizarse los suministros de las plantas de fabricación europea.
En cualquier caso, el precio de las vacunas era todo una incógnita. Se mantuvo en secreto al tratarse de acuerdos confidenciales entre los fabricantes y la UE.
Es posible que nunca se sepa si Europa pagó más que Estados Unidos por estas dosis. Tampoco hay certeza de que los países con menos recursos hayan abonado unos precios más bajos por las vacunas. Era uno de los compromisos adquiridos al inicio de la pandemia por parte de las compañías.
El ámbito de la política y representantes de la sociedad civil han criticado la falta de transparencia en el precio de las vacunas. En plena polémica por el reparto, la Comisión Europea tuvo que publicar el contrato con AstraZeneca el pasado enero. Lo hizo bajo la presión colectiva.
Pero lo que si se ocultó, según aseguran algunos expertos, son los costes de producción de estos sueros y el margen de beneficio. El grupo de organizaciones y activistas People's Vaccine denunció los altos precios fijados por Moderna y Pfizer.
Según ellos, se aprovechaban de su "oligopolio" para cobrar a los Ejecutivos de todo el mundo 41 000 millones de dólares de más. En cuanto a la UE, según este informe, habría abonado 31 000 millones de euros de sobrecoste. Esto supone el 19% del presupuesto anual.
La previsión es que el nuevo contrato con las dos principales firmas distribuidoras de vacunas COVID-19 fije la entrega de 2100 millones de inyecciones. Bruselas tendrá también la posibilidad de reclamar 1800 millones de dosis más de Pfizer si "fueran necesarias vacunas de refuerzo".
Todo apunta a que las farmacéuticas conseguirán a lo largo de este ejercicio unos ingresos de decenas de miles de millones de dólares. Las estimaciones son que Pfizer alcance los 56 000 millones frente a los 30 000 millones de Moderna.
El dinero obtenido por ellas será superior al que puedan recaudar Janssen o AstraZeneca.