La vacuna ha sido el gran remedio contra el coronavirus. Una vez que se empezó a inmunizar a la población disminuyó de manera importante la presión asistencial en hospitales y el número de contagios. Pero todavía sigue habiendo personas reacias a ello, como es el caso de una familia que acabó ingresada en el Severo Ochoa de Madrid.
En las últimas semanas las UCI de los centros médicos han registrado un aumento de ingresos por COVID-19. Los casos más graves afectaban principalmente a los no inmunizados.
En este hospital de la capital se han registrado recientemente un par de brotes en familias sin vacunar. El último ha dejado en una situación muy crítica a sus cinco miembros. Cuatro de ellos se encuentran ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos, mientras que un quinto se encuentra a las puertas.
Las autoridades sanitarias se han encargado de informar de este caso con el propósito de concienciar a la población. No quieren que vuelvan a repetirse este tipo de episodios, que pueden llegar a resultar muy dramáticos.
Al parecer, cuatro de ellos se habían negado a recibir la inyección contra el coronavirus. Pero lo peor de todo es que acabaron infectando a la única persona que sí estaba vacunada y que era la mayor de la familia.
Los que optaron por no vacunarse se encuentran en una situación crítica, sedados e intubados. La única inmunizada se encuentra en estos momentos en planta, pero su estado de salud es bastante delicado. Todo apunta a que pasará durante las próximas horas a la UCI.
Se entiende que ha tenido que soportar una importante carga de virus en los últimos días tras convivir con cuatro personas contagiadas. Advierten de que las personas más graves tienen entre los 30 y 60 años. Las posibilidades de entrar en la UCI o de fallecer serían prácticamente nulas si se hubieran vacunado.
Familias enteras que rechazan inmunizarse sin motivos
La jefa de Urgencias del hospital Severo Ochoa, Esther Álvarez, explica que han tenido varios casos similares. De familias enteras que acababan ingresando en el centro médico a consecuencia del coronavirus. Habían tenido la ocasión de recibir el suero, pero lo habían descartado.
Desvela que la gente empieza a darse cuenta del error cuando ya es demasiado tarde. "Antes de intubarse ya se arrepienten de no vacunarse", añade.
En este hospital madrileño estaban teniendo entre dos y tres ingresos a la semana por COVID-19 desde el pasado septiembre. Sin embargo, desde hace algo menos de un mes esta cifra se ha duplicado. En la capital hay 100 pacientes ingresados en UCI por el virus, más otros 400 que se encuentran en planta.
En vista de la situación actual, los expertos y autoridades sanitarias quieren mandar un claro mensaje a los negacionistas. "Si no se vacunan por ellos mismos, que al menos lo hagan por sus mayores", apuntan. Saben que se acerca una época muy propicia para los encuentros y reuniones familiares.
De ahí que insistan, de nuevo, en la prevención. En poner de nuestra parte para evitar posibles tragedias como la que puede sufrir esta familia ingresada en el Severo Ochoa.
España, no obstante, puede presumir de estar a la cabeza en cuanto a la tasa de vacunación. En torno al 90% de la población de más de 12 años ya ha recibido su dosis. Y los más rezagados continúan inmunizándose.
La implantación del pasaporte Covid, que puede ser obligatorio para viajar o para entrar en lugares públicos, les ayuda a decidirse. Tienen claro que son más las ventajas que los inconvenientes.