La comunidad del colegio San Felipe Neri de Cádiz está de luto por la repentina muerte de Paco Sanz. Trabajaba en el área administrativa del colegio y entrenaba a los equipos de baloncesto de alumnos de bachillerato. Dejó una profunda huella en padres y alumnos por su carácter humano y cercano.
Este fin de semana se conoció la muerte del entrenador y educador Paco Sanz, y el dolor invadió al colegio y al deporte gaditano. Francisco, nacido en 1969, fue un inspirador para muchas generaciones de alumnos a los que animaba tanto en el deporte como en el estudio. Por eso su muerte ha sido especialmente dolorosa.
Él mismo fue alumno del San Felipe Neri, donde terminó los estudios y entró a formar parte del equipo de entrenadores. Durante 25 años ha ejercido de entrenador, demostrando una gran capacidad de trabajo y motivación. Actualmente entrenaba al equipo femenino de baloncesto del colegio gaditano.
Pasión por la fotografía y la Semana Santa
Además de su faceta como entrenador, cosechaba una gran pasión por la fotografía y la Semana Santa. El baloncesto, el colegio, las procesiones y la fotografía han sido las cuatro grandes pasiones de este ser tan querido. Los que le conocieron le recuerdan como un hombre educado, atento y siempre dispuesto a escuchar.
Paco Sanz Lustres se había convertido en toda una institución en el colegio, donde siempre le recordarán con su sonrisa, el chándal y un balón en las manos. Además trabajaba como administrativo, puesto desde el que desplegaba su carácter servicial. Solía pasar lista en el comedor del colegio y echar una mano en cualquier tarea.
Pero si en una faceta destacó especialmente fue como coordinador de baloncesto de San Felipe Neri. En los últimos años se había centrado en el equipo junior femenino, con el que ganó un oro en las Olimpiadas Marianistas. Tuvo su reconocimiento en vida, ya que fue portador de la llama olímpica en las últimas celebradas en Cádiz.
Luto en la hermandad cofrade
Fue cofrade, pero abandonó su puesto hace tiempo para dedicar más tiempo a la fotografía. También era hermano de la hermandad del Prendimiento, donde hoy lloran su muerte. En especial su amigo Raga Galeano, con quien compartía su afición al baloncesto.
Además, era un enamorado de su tierra y solía recorrer kilómetros para visitar la imagen de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Le gustaba cargar como cofrade, y era uno de los espejos titulares de los hermanos Paco y Tomás Martín. Con ellos cargó la Borriquita, Cigarreras, La Palma o Mayor Dolor.
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Solo dejó de hacerlo cuando sus obligaciones en el baloncesto le ocuparon todo el tiempo. Sus amigos cofrades han reaccionado con estupor a la noticia, y no pueden creer que le hayan perdido para siempre. En los últimos años era fotógrafo cofrade, y echaba una mano a los hermanos Martín en todo lo que le pedían.
Pasión en todo lo que hacía
En el baloncesto, en el colegio, en la cofradía o de fotógrafo, Paco Sanz ponía pasión en todo lo que hacía. Se apuntó a un curso intensivo de fotógrafo profesional con el que viajó a Noruega. Nunca tenía suficiente, siempre tenía ganas de más, y contagiaba ese entusiasmo a los alumnos, a los que invitaba siempre a mejorar.
La noticia de su muerte ha llegado como un puñal hasta su maestro de fotografía, el portugués Manuel Esteves. El mismo dolor que ha inundado al Club Deportivo de San Felipe Neri, donde le definen como “una grandiosidad de persona, siempre con una sonrisa en la cara”. Según explican, hay muchas jugadores suyas que hoy “están destrozadas”.
Funeral en el patio del colegio
La comunidad marianista del San Felipe Neri se ha despedido esta mañana de su querido Paco con una misa-funeral en el patio del colegio. Centenares de alumnos se han reunido para dar el último adiós, con lágrimos, ofrendas y mucha emoción.
“La paz personificada, un saber escuchar constante”, ha dicho Carlos, un antiguo alumno del colegio. Le ha descrito como “un educador en el deporte y un apasionado del baloncesto”, y ha asegurado “se ha ido sin hacer ruido, como vivió”.
“Dedicó su vida a enseñar y siempre lo hizo desde el respeto, el saber estar y la templanza que le caracterizaba”, ha expresado. Le ha recordado “con su cámara de fotos y su chándal del cole, no necesitaba más para ser feliz”. “Algo habrás hecho muy bien para que hoy estemos todos rotos, amigo”, ha concluido.
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