Los tests de antígenos no son del todo fiables. Un estudio acaba de confirmar que estas pruebas rápidas no detectan todos los casos de COVID-19. Esto supone un peligro para la población porque no se sabe exactamente cuántos casos positivos hay circulando por la calle.
El estudio determina la principal problemática de los tests de antígenos
El COVAG Study, realizado por SYNLAB, las universidades alemanas de Heidelberg y Graz y un gran centro de pruebas de COVID-19 en Stuttgart, demuestra la inexactitud de estos tests. Los fallos se producen cuando las cargas virales son medias o bajas y es importante no olvidarse de estos casos.
Este estudio constituye una de las evaluaciones sistemáticas más completas de las pruebas rápidas de antígenos en un entorno real.
Esta investigación confirma una precisión significativamente menor de las pruebas rápidas de antígenos si se compara con las pruebas PCR. La sensibilidad real de los primeros es aproximadamente de un 60%.
Los resultados señalan que la sensibilidad real de dos tests de antígenos comúnmente usados y considerados fiables se sitúan solo en el 60,4% y el 56,8%, respectivamente, si se comparan con las PCR.
La investigación ha confirmado también una menor sensibilidad de las pruebas de antígenos cuando se trata de detectar nuevas variantes del coronavirus.
De acuerdo con el estudio, 338 de los 2215 sujetos que participaron en la investigación dieron positivo en COVID-19 usando el método de prueba PCR.
No obstante, de esos casos positivos, los dos test rápidos de antígenos solo corroboraron 204 y 192 participantes, respectivamente, como portadores del coronavirus. Es decir, las pruebas pasaron por alto a 4 de cada 10 personas que resultaron positivas en las PCR.
La carga viral fue el factor determinante para la detección del virus. Solo los individuos con una carga muy alta se detectaron de forma fiable como portadores del COVID-19 con pruebas de antígenos.
No hay que olvidar que el virus ya se propaga con una carga viral media o baja, así que es un problema la falta de detección.
Las variantes son cruciales a la hora de detectar positivos entre la población
Para el SARS-CoV-2 de tipo salvaje, la sensibilidad de las dos pruebas de antígenos determinó un 87,7 y un 84,0%, respectivamente.
Sin embargo, para la variante alfa, la sensibilidad de estas pruebas fue sólo del 77,1 y el 72,3%, respectivamente.
En comparación con otras variantes que circulan, la variante alfa tiene la menor desviación estructural del SARS-CoV-2 de tipo salvaje.
El coautor del estudio COVAG y director del proyecto en SYNLAB, Winfried März, subraya que la investigación proporciona "valiosos hallazgos científicos" sobre las propiedades de las pruebas rápidas de antígenos.
"Solo con pruebas específicas y fiables podemos detectar las infecciones en una fase temprana e interrumpir las cadenas de infecciones desde el principio", ha añadido este investigador.
Además, hay que tener en cuenta la sensibilidad potencialmente decreciente de los tests de antígenos con las variantes del virus. Y es que es fundamental considerar cuándo la velocidad de estas pruebas sigue siendo preferible a la precisión de las PCR, según März.
No hay que olvidar que es necesario "minimizar el riesgo de falsa certeza de los resultados de las pruebas". Y es que es de máxima importancia conocer los casos positivos de contagio por COVID-19. De esta forma se puede aislar a los sujetos contagiados y tratarlos con la medicación correcta en caso de ser necesario.
Pueden hacerse en casa
El pasado 20 de julio el Consejo de Ministros dio el visto bueno a la venta de las pruebas rápidas en las farmacias españoles sin necesidad de contar con prescripción médica. Sin embargo, es importante saber interpretarlas.
Conviene seguir minuciosamente las instrucciones de uso del fabricante y hacerse el test durante los siete primeros días desde la infección o en los cinco primeros días desde la aparición de síntomas. Es entonces cuando la carga viral está en su punto más álgido y el test de antígenos lo detectaría mejor.
En caso de duda, lo mejor es acudir a un especialista que puede determinar si hay o no contagio por COVID-19.