Tomás Gimeno y sus hijas Anna y Olivia

La doble vida de Tomás Gimeno, el padre de las niñas: 'Arrogante y seductor'

Fuentes cercanas a él han señalado que su «inmadurez personal» le puede haber jugado una mala pasada y hacer algo terrible

La desaparición de Tomás Gimeno y de sus hijas, Anna y Olivia, ha hecho que toda su vida esté siendo investigada. La Guardia Civil no ha dejado de recopilar información desde que se le perdió la pista el pasado 27 de abril para tratar de dar con su paradero y con el de las niñas. 

Son varias las hipótesis que están barajando los investigadores, pero una de las que más fuerza ha cogido ha sido la idea del asesinato.

La Guardia Civil cree que Tomás podría haber matado a las pequeñas en su domicilio y posteriormente haber arrojado sus cuerpos al mar. Una opción que los allegados del padre de Anna y de Olivia han negado con rotundidad.

Las personas cercanas a él han asegurado que el exmarido de Beatriz Zimmerman tenía devoción con sus hijas, especialmente con la mayor, y que no habría sido capaz de hacerles daño. Sin embargo, la doble vida que llevaba Tomás podría reforzar la teoría del asesinato de las niñas. 

La doble vida nocturna de Tomás

El padre de Anna y Olivia es famoso en Igueste Candelaria, Tenerife, por haber protagonizado varias peleas de bar y por haber agredido físicamente a la nueva pareja de su exmujer.

Algunas fuentes cercanas a él que han sido consultadas por 'El Cierre Digital' han señalado que Tomás llevaba una «doble vida nocturna» en la isla al margen de su vida familiar desde antes incluso de poner fin a su relación con Beatriz Zimmerman. 

El progenitor de las niñas, al parecer, solía salir de fiesta por las noches. Acudía regularmente a la discoteca Bongo de Tenerife y al kiosko de verano T-5 ubicado en la Playa de Las Teresitas. En estos locales se mostraba de una «arrogante» y «seductor» ante las féminas, sobre todo con las más jóvenes a las que trataba de impresionar con su «aspecto físico y económico». 

Además, varios testigos han afirmado que «era habitual verle con sus amigos en bares de copas, ligando con mujeres acento latino porque le encantaban, viviendo en su mundo, con una conducta un tanto hiperactiva, impulsiva, o quizás, un comportamiento inmaduro». 

A pesar de que estas mismas fuentes han asegurado que Tomás «como padre no sería capaz de acabar con la vida de sus hijas», no han descartado que su «inmadurez personal» le haya jugado una mala pasada y haya sido capaz de hacer algo «terrible» con Anna y con Olivia. 

Tomás podría haber usado una «ruta de escape»

La lancha del exmarido de Beatriz fue hallada la mañana siguiente a su desaparición vacía y a la deriva, por lo que desde su entorno han apuntado que la noche de la desaparición «pudiese haber fondeado alguna embarcación cercana a la costa de la Playa de Antequera en Santa Cruz de Tenerife».

«Es un hecho popularmente conocido que esta zona de Antequera, es un lugar escogido por narcopateras o lanchas que transportan drogas, para acercarse a las costas de Tenerife por las noches, debido a la escasa iluminación en esta playa y el escaso tráfico, lo que podría facilitar la salida de la isla de Tomás Gimeno», han señalado al mismo medio. 

De esta forma, han señalado que el padre de Anna y de Olivia podría haber contado con la ayuda de alguna organización de este estilo para llevar a cabo su plan y haber seguido una «ruta de escape» que ya conocen estas agrupaciones para evitar los controles y poder pasar estupefacientes sin ser descubiertos. 

Esta es una de las muchas hipótesis en las que se encuentra trabajando la Guardia Civil. Los investigadores están tratando de recopilar todas las pistas que puedan ayudar a dar con el paradero de las niñas y de Tomás, aunque por el momento no han tenido éxito.