Un brutal asesinato ha paralizado el municipio de Gálvez, en Toledo. Jesús Bejarano, de 77 años, es la víctima mortal del ataque en el que también resultó herida su pareja, una chica rumana de 35 años, el pasado domingo. El presunto autor de los hechos, el exnovio de ella, está en prisión provisional sin fianza.
Según apunta la investigación, Vasile, también rumano, se presentó en el domicilio de Jesús la noche de los hechos. Los vecinos escucharon ruido de muebles, golpes y sollozos, antes del silencio. Los agentes encontraron al hombre muerto y a la joven herida, aunque ella logró salvar la vida y está fuera de peligro.
El presunto autor de los hechos se saltó la orden de alejamiento para vengarse de su ex y, sobre todo, de la pareja sentimental de esta. Luego fue a refugiarse en su casa, donde confesó los hechos a sus compañeros de piso. Su amigo rompe el silencio y explica con todo tipo de detalles cómo sucedió todo.
La confesión del asesino
La noche del domingo 19 de diciembre, Vasile llegó a casa con manchas de sangre y su compañero le preguntó qué había pasado. En declaraciones a El Programa de Ana Rosa, ha desvelado su respuesta: “Que venga la guardia civil y me lleve, que la he matado”. Lo dijo con el arma del crimen en la mano.
Vasile “limpió el cuchillo con la mano y lo mató en el cajón”, según su amigo. Luego “se quitó las zapatillas manchadas de sangre, las tiró debajo de la cama y de ahí las sacó la Guardia Civil”. Tras beberse media botella de whisky, “empezó a hablar” y confesó lo que había hecho.
Inicialmente pensaba que los dos estaban muertos, pero luego dudó. “No estoy seguro de si ella está muerta, pero el viejo sí, seguro”. En esos momentos, el pánico se apoderó del amigo, que temía que lo matara también a él. “No quería llamar a la policía porque si no era verdad tendría problemas con él”, reconoce.
'No tengo miedo, que vengan'
Siempre según el relato del amigo, Vasile se mostraba muy nervioso mientras daba tragos a la botella de JB. “Miraba a la calle a través de las cortinas y repetía que él no tenía miedo, que viniera la Guardia Civil”, explica. Finalmente, el joven llamó a un amigo policía y al cabo de un rato aparecieron los agentes.
“Vino la patrulla, muchas personas, se bajaron con la porra y las linternas, y lo encontraron en el suelo”, relata. Los agentes comprobaron que lo contaba el sospechoso era cierto, al acudir al domicilio de la pareja agredida. Él estaba muerto y ella herida, los dos con arma blanca, en presencia de una menor.
El atacante cometió el crimen en presencia de la hija de la chica, una niña de tres años. Los hechos sucedieron en el domicilio de la pareja, en la calle Miguel de Cervantes del pequeño pueblo toledano. Vasile fue detenido en la finca donde vivía con otras personas en Mensalbas, a ocho kilómetros de allí.
Agresiones anteriores
Vasile ya había agredido anteriormente a su expareja y constaba una orden de alejamiento. De hecho, los agentes alertaron a Jesús y a la chica de que Vasile andaba por el pueblo hacía días, y les ofrecieron protección. Ella lo rechazó, sin sospechar el trágico desenlace que les acechaba.
Jesús, conocido con el apodo de ‘Clotilde’ era un constructor jubilado muy conocido en el pueblo. Le recuerdan como una persona inteligente, muy trabajador y volcado con su pareja sentimental y la hija de ésta. Al parecer, el presunto asesino había amenazado varias veces con vengarse de él por celos.
Jesús estuvo casado con la madre de sus hijos, de la que se separó hace tiempo. Después había empezado la relación con esta chica, 42 años menor que él. “Se veía venir”, dicen los vecinos, que corroboran que el anciano había recibido al menos dos agresiones por parte del ex de su novia.
Prisión provisional sin fianza
Media hora antes del crimen, la mujer estaba en el piso de abajo arreglándose las uñas con unos vecinos. La niña estaba jugando en la vivienda con Jesús, hasta que su madre subió una vez acabado lo que tenía que hacer. Fue entonces cuando los vecinos escucharon ruidos inequívocos de una pelea.
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Las cámaras de seguridad instaladas por el ayuntamiento en los portales grabaron la huida del asesino después del crimen. La jueza ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el único acusado de la muerte de Jesús. Le acusan de homicidio doloso, otro en grado de tentativa, daños y quebrantamiento de condena.
Todo, con el agravante de violencia de género que le puede acarrear penas de prisión muy elevadas. El acusado ya había estado nueve meses en la cárcel por darle una paliza a la víctima. En el pueblo sigue la consternación por un crimen que, según repiten estos días, podría haberse evitado.