Cristina tiene 26 años y el lunes confesó a su psiquiatra tener enterrado en su casa de Cortegada (Ourense) al hombre que conoció por internet en verano. No iba de farol: los agentes encontraron en su casa un pie humano. Ayer, delante del juez, la joven se derrumbó y confesó haberlo matado ella con una almohada.
Los investigadores siguen trabajando en el lugar para hallar más restos humanos y recabar pruebas. El objetivo es contrastar si la última versión que ha dado la chica, la del crimen, es veraz. Y una de las claves para hacerlo es entender el trasfondo de la historia y las posibles motivaciones de la presunta homicida.
¿Cómo es posible que una joven sin antecedentes y aparentemente discreta haya podido perpetrar un crimen a sangre fría? Detrás hay una dura realidad: ella y su hermana melliza sufrieron abusos sexuales en el ámbito familiar siendo niñas. Su trauma podría estar detrás del trágico desenlace de esta historia.
Se casó con un hombre de 55
Cristina y José María se conocieron a través de una página web de contactos, e hicieron buenas migas. Ella tiene 26 y él tenía 53, pero la diferencia de edad no era un problema. De hecho, ella se casó hace cinco años que un hombre de 55 años con el que tuvo una hija.
Tras el divorcio, él se quedó con la custodia de la niña y los dos residen en Vigo. Cristina se quedó en Cortegada, donde los vecinos la recuerdan como una chica poco social: “No se para a hablar con nadie”. La joven residía en la vivienda que el matrimonio había comprado y rehabilitado, y donde hoy la Guardia Civil busca restos humanos.
El macabro suceso ha alterado la tranquilidad de esta localidad gallega. Algunos vecinos de Cristina recuerdan haber visto a la víctima en su casa aquellos días de agosto, cuando él se desplazó desde Barcelona hasta Ourense para conocerla. Dicen que no era la primera vez que un hombre se quedaba algunos días en casa de ella.
Él se había enamorado, pero ella no
Cristina completó sus estudios en el instituto de O Ribeiro, en Ribadavia, y recientemente había encontrado empleo en una panadería. Salía muy temprano de casa para ir a trabajar, y luego la veían volver en el coche pero poco más. Solo las visitas esporádicas de algún amigo rompían la misteriosa rutina de esta joven.
Uno de los últimos fue José María, un hombre de Barcelona de 53 años que según ha trascendido tenía problemas de depresión. El 20 de agosto se trasladó hasta la localidad gallega para pasar algunos días en la intimidad con Cristina. Todo se torció la noche del día 24, cuando según ha relatado ella tuvieron una fuerte discusión.
Según su declaración, él le aseguró estar perdidamente enamorado de ella. El sentimiento no era compartido y, ante su actitud posesiva, decidió acabar con su vida. Primero le suministró un cóctel de pastillas, entre ellas ansiolíticos, y cuando ya estaba sedado le ahogó con una almohada y se deshizo del cadáver.
Su vecina vio la hoguera
Cristina quemó el cuerpo en el exterior de la casa, y de hecho la humareda sorprendió a su vecina que se mostró molesta por ello. Lejos de imaginar que lo que estaba ardiendo era un cadáver, la vecina se lo recriminó y ella apagó la hoguera. Como aún no se había calcinado todo el cuerpo, descuartizó lo que quedaba de él.
Así fue como fue enterrando algunas partes en el jardín, y poniendo algunas otras en bolsas de plástico que abandonó en una cuneta. Los investigadores hallaron un pie humano en los terrenos de la finca, y dos envoltorios negros con restos humanos a unos 300 metros. Todo parece corroborar el negro relato del crimen.
Trauma por abusos sexuales
El último cabo que queda por atar es el de la motivación, y algo ha llamado poderosamente la atención. Cristina y su hermana melliza fueron víctimas de abusos sexuales cuando eran niñas, e incluso una de ellas denunció la situación ante los tribunales. Así consta en los juzgados, según han avanzado fuentes oficiales.
Este trauma parece estar detrás de los trastornos psiquiátricos que padecía la joven. Tras contar lo ocurrido el pasado lunes sufrió un brote psicótico y tuvo que recibir atención sanitaria. Los forenses han confirmado que sufre una fuerte depresión, y ahora el caso queda en manos de la justicia.