Lunes 20 de diciembre por la mañana: durante una consulta con el psiquiatra, Cristina, una joven de 26 años, confiesa tener un cuerpo enterrado en casa. Veinticuatro horas después, los agentes de la Guardia Civil hallan un pie humano en su finca de Cortegada (Ourense). Todo parece indicar que se trata de un vecino de Barcelona.
José María, de 53 años, viajó el pasado mes de agosto desde Cataluña hasta Galicia para conocer a Cristina. Se habían conocido en internet y, a pesar de la diferencia de edad, decidieron dar el paso. El hombre estaba en paradero desconocido desde agosto, pero de repente las piezas del rompecabezas empiezan a encajar.
Según relató en un primer momento, se encontró al hombre muerto y, asustada, quemó el cadáver y lo enterró. En declaraciones a la policía ha negado reiteradamente tener nada que ver con la muerte de José María. Pero esta mañana, ante el juez, ha reconocido que lo asfixió con una almohada.
Se conocieron en una web de contactos
Tras confesar los hechos al psiquiatra, la policía se puso a buscar en la zona con la ayuda de perros adiestrados. Varias horas después apareció un pie debajo de la tierra de una huerta. La búsqueda siguió hasta bien entrada la noche y se reanudó hoy con el apoyo de los antropólogos forenses.
Según desvela La Voz de Galicia, Cristina y José María se conocieron a través de una página web de contactos semanas antes de los hechos. La relación fluyó con sorprendente rapidez, hasta el punto que decidieron conocerse en persona. Él, veintiséis años mayor que ella, se desplazó desde Barcelona hasta Ourense el pasado mes de agosto.
José María llegó a Galicia tres o cuatro días antes de morir, y ella fue a buscarlo en coche al aeropuerto de Peinador (Vigo). Juntos se dirigieron hasta la casa de la joven en Cortegada, para compartir varios días de intimidad. El 24 de agosto se produjo la muerte por razones que aún no están del todo claras.
Un viaje sin retorno
Según la primera declaración de Cristina, aquella mañana se despertó y José María estaba tumbado en el sofá sin pulso. Tras comprobar que estaba muerto, en lugar de avisar a emergencias decidió ocultar el cadáver. Aseguraba haberlo hecho presa del pánico, y que enterró los restos en la finca.
Según su relato, calcinó el cuerpo del hombre con un líquido inflamable y enterró algunos restos bajo tierra. Otras partes del cuerpo las introdujo en una bolsa que lanzó al río Miño. El hallazgo de un pie humano en los terrenos de la finca confirmarían parte de su historia.
La investigada también ofreció detalles sobre las últimas horas de José María con vida. Según ha explicado, la noche anterior habían discutido y él se tomó varias pastillas entre las que había ansiolíticos. Pero esto era solo la versión de la detenida, y los agentes nunca descartaron la hipótesis del crimen.
Confiesa haberlo matado
Esta mañana, Cristina ha confesado delante del juez haber matado a José Martía asifixiándolo con una almohada. Lo ha hecho en la misma finca donde cometió el crimen, y donde ha estado acompañada de la jueza para la reconstrucción de los hechos. Según ha afirmado, fue ella quien le suministró los sedantes para después matarlo.
Finalmente, con el hombre ya muerto, pensó en la mejor manera de deshacerse del cadáver. Lo quemó y esparció sus restos por el jardín, aunque al parecer algunas partes quedaron enteras. En el lugar aún están trabajando los agentes para encontrar más restos humanos.
Lo que no ha trascendido es la motivación que empujó a esta chica a acabar con la vida del varón. Ha confirmado que se conocieron por internet y que mantenían una relación sentimental. Al parecer, una discusión horas antes habría desencadenado la trágica decisión de Cristina.
Desaparecido desde agosto
La madre de José Martía denunció su desaparición poco después de que este viajara a Galicia en agosto. Los Mossos d’Esquadra, siguiendo el rastro de su trayecto, se pusieron en contacto con la Guardia Civil para estudiar las últimas ubicaciones del teléfono móvil. La señal lo situaba claramente en la finca de la sospechosa, en Cortegada.
Los agentes tomaron declaración a Cristina, pero no aportó detalles sustanciales para ayudar a encontrar al hombre. Sorprendentemente, ha sido ella misma quien ha revelado los hechos durante una visita al psiquiatra meses después. Durante sus primeras horas detenidas, está colaborando con la investigación.
La policía ha registrado la finca y los terrenos aledaños con la correspondiente orden judicial, y también ha rastreado el coche de la detenida. La intención es recabar cualquier prueba que pueda confirmar la última versión de Cristina, la del crimen. Este macabro caso podría quedar resuelto en las próximas horas.