Montaje con fotos del fallecido

‘Vi como moría’: El adiós a un niño de 6 años desgarra a una ciudad en España

Gandía se ha volcado en ayudar a los padres de Edward para pagar el funeral al que acudieron cientos de personas

La vida de Wilber e Isabel se vino abajo de un plumazo el miércoles de la semana pasada. Su hijo de 6 años, Edward, perdió el conocimiento durante un entrenamiento en el campo del UD Beniopa, en Gandia. Murió en la ambulancia, camino del hospital, debido a un fallo cardíaco fulminante.

El suceso causó una gran conmoción en el fútbol base y, en especial, en la ciudad de Gandía. Su familia llegó de Bolivia hace tiempo para ganarse la vida, y ahí han encontrado a una comunidad completamente volcada en su tragedia. Los padres, rotos de dolor, agradecen a sus vecinos el apoyo.

“Hemos encontrado en Gandía una gran familia”, asegura Wilber. Este padre asegura “para nosotros ha sido muy sorprendente y no sabemos cómo expresar el agradecimiento a tanta gente y a tantos colectivos que se han portado muy bien con nosotros”. El apoyo de los vecinos de la localidad valenciana ha llegado hasta Bolivia.

Presenció en directo el infarto

Edward Almendras Paniagua estaba entrenando a fútbol en las instalaciones del Beniopa el pasado miércoles. De repente, el niño se desvaneció y el entrenador y otras personas del club lo llevaron a los despachos. Allí le hicieron las primeras tareas de reanimación, mientras llegaban las asistencias médicas.

Instalaciones de la U.D. Beniopa (Gandía)
Instalaciones deportivas donde tuvo lugar el suceso ayer por la tarde | Cedida

Según desvelaron después, el niño había chocado contra uno de sus compañeros media hora antes. “Vi cómo se agarraba la boca, dijo que estaba bien pero después se desplomó”. Así lo cuenta su padre, que estaba en las instalaciones y presenció en directo la muerte de su hijo pequeño Edward.

Los padres confirmaron que el pequeño padecía una dolencia cardíaca, que le provocó la muerte súbita. Tras conocer el trágico desenlace, Wilber e Isabel se vinieron abajo y se encuentran en un estado de completa devastación. Solo la inagotable generosidad de sus vecinos ha conseguido mitigar un poco su dolor.

‘Nunca podré superar su muerte’

“Veo sus cosas por casa y me tiembla el corazón, nunca podré superar su muerte”, afirma su madre. Su amargura se mezcla con el agradecimiento a tantas muestras de apoyo. Su solicitud de ayuda para costear los gastos del funeral obtuvo una respuesta inmediata.

Wilber e Isabel se encuentran en una situación económica precaria que les hacía imposible pagar el funeral. A través de Levante-EMV hicieron un llamamiento para pedir ayuda, y desde entonces no han dejado de recibir muestras de cariño y donaciones. La solidaridad ha permitido celebrar el funeral, al que acudieron cientos de personas.

Montaje con foto de los padres
La solidaridad ha permitido costear el entierro del pequeño Edward | La Noticia Digital

El ayuntamiento de Gandía contribuyó a las donaciones para ayudar a la familia de Edward. Pero también clubes deportivos, ayuntamientos de otras localidades, colegios y todo tipo de entidades locales y comarcales. El Consulado de Bolivia en Valencia y varias asociaciones de bolivianos se han volcado especialmente.

La causa de la muerte

La cónsul se trasladó a Gandía nada más conocer la noticia para estar en el entierro y hacer piña con la familia. Pero además se puso a disposición de la familia para atender a sus necesidades en estos momentos tan duros. También las autoridades locales, como el alcalde de Gandía y otros concejales, se han puesto a su disposición.

La muerte del pequeño Edward no solo ha golpeado a su hogar, sino también al club de sus amores, el UD Beniopa. El club gandiense en el que jugaba el menor ha recibido muestras de solidaridad llegadas desde toda España. Tanto el club como el fútbol base en general han expresado su dolor por este trágico suceso.

Aunque Edward tuvo un encontronazo con un compañero antes de morir, la causa del fallecimiento es un paro cardíaco. El propio club ha comunicado que no existe relación alguna entre el choque y la muerte del niño. Sencillamente su corazón dejó de latir, se paró, y con él toda una ciudad que llora desconsoladamente.