Nadie contaba con el fatal desenlace ocurrido en un castillo hinchable de Mislata. Cayetana, de 8 años, perdía la vida mientras que un grupo de ocho niños acababa con lesiones de consideración.
La pequeña saltaba en la atracción junto a su hermano mayor cuando una fuerte racha de viento les lanzó por el aire. Su madre permanecía atenta desde una esquina, temerosa de que pudiera suceder algo. Trató de sujetar con todas sus fuerzas la lona, pero era demasiado tarde.
El castillo hinchable se levantó de golpe a consecuencia del fuerte aire registrado y para sorpresa de los padres. "Pensaba que estaría anclado, es muy fuerte que no estuviera atado. Esto no va a quedar así", aseguraban poco después del suceso.
Una muerte que pudo haberse evitado
La familia de Cayetana quiere que alguien asuma responsabilidades. Entienden que no fue un desafortunado accidente por una simple racha de viento. En su opinión, hay una imprudencia y la muerte se pudo evitar en todo momento con unas medidas de seguridad oportunas.
De momento, el suceso se ha saldado con un fallecimiento y ocho menores de edad heridos. Entre ellos se encuentra una niña de 4 años que permanece muy grave en el Hospital Clínico.
Un portavoz de la familia asegura que "está claro que los anclajes no eran correctos", recoge el diario Levante. A ello se le añade la mala actuación de los responsables de la atracción. Creen que deberían haberla clausurado con las primeras rachas de viento.
Al menos así lo recoge la normativa de espectáculos públicos y actividades recreativas de la Comunidad Valenciana. A partir de los 38 kilómetros por hora tienen que cerrar sus puertas por motivos de seguridad. Los anclajes no son precisamente una garantía ante estas condiciones adversas.
Quieren tomar medidas
Y eso es lo que ocurrió en el castillo hinchable de Mislata. Ninguno de los responsables del mismo fue capaz de apreciar el riesgo que suponían las fuertes rachas de viento.
De momento, el abuelo de Cayetana ya se ha puesto en contacto con un abogado con intención de emprender acciones legales. Se van a depurar responsabilidades tanto por la vía civil como por la penal. Consideran que se produjo una falta de diligencia muy grave.
Las críticas van dirigidas hacia el feriante responsable de la atracción, pero también hacia las autoridades. Afrontan con extrañeza que ningún técnico municipal hubiera revisado con anterioridad el estado de la misma. Al parecer, el dueño del hinchable contaba con un informe favorable de un ingeniero.
En cualquier caso, no entienden que en otras festividades como en las Fallas haya controles y en esta feria no los hubiera.
El dueño del castillo hinchable de Mislata, destrozado por la tragedia
El responsable del castillo hinchable es conocido como Toni 'el terremoto'. Lleva toda una vida dedicándose a las atracciones y yendo por las distintas ferias de la comunidad. Sus compañeros de profesión aseguran que está roto por lo ocurrido en Mislata.
Cuando se enteró de la muerte de la pequeña Cayetana "no podía ni hablar". Cuentan que "tiene nietos de edades similares a las de las niñas, y está muy afectado", señala otro feriante.
Lo definen como un desgraciado accidente, "pero se siente de algún modo culpable por lo ocurrido". Se trata de un negocio familiar que regenta desde hace años junto a su hermano y sus hijos.
Entre ellos se encargaban de controlar varias de las atracciones que estaban presentes en el recinto ferial de Mislata. Es el caso del tren de la bruja, los coches de coche o la tómbola.
Sus compañeros del gremio no quisieron profundizar en exceso sobre las medidas de seguridad del castillo hinchable. Explicaron que "cuando pasan este tipo de desgracias siempre se busca como responsable al feriante, como si tuviera la culpa de todo".
Admiten que ellos son los primeros interesados en que no se produzca ningún percance.