El caso Madeleine McCann encara su recta final y los fiscales alemanes aseguran saber al cien por cien quién secuestró y mató a la niña.
Aunque la sombra de la sospecha se cernió durante mucho tiempo sobre los padres, el caso ha dado un giro. Un peligroso pederasta y violador alemán tiene todos los números para sentarse en el banquillo de los acusados.
Madeleine McCann, una niña de 4 años, desapareció el 3 de mayo de 2007 estando de vacaciones con su familia en Praia da Luz, Portugal. La investigación ha dado palos de ciego hasta dar con Christian Brueckner, el principal sospechoso. La fiscalía no tiene ninguna duda de que es el autor de los hechos.
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El cuerpo de la niña, que ahora tendría 18 años, nunca ha aparecido. Pero las posibilidades de que siga con vida son casi nulas, y se da por buena la versión del secuestro y asesinato. Los indicios señalan a Brueckner, un pederasta que cumple prisión por una agresión sexual en Praia da Luz, el mismo sitio donde desapareció la menor.
Recaban pruebas contra él
Los investigadores llevan tiempo recabando pruebas contra el principal sospechoso. Su intención es preparar las evidencias para conseguir una sentencia condenatoria contra Brueckner. “Queremos acusarlo con el número más grande de evidencias”, asegura el fiscal alemán Hans Christian Wolters.
“Estamos seguros que tenemos al hombre que secuestró y mató a Madeleine McCann. Sabemos al 100% que fue Christian Brueckner”, afirma. Además, afirma que con las pruebas que han reunido podrán acusarlo formalmente de secuestro y asesinato. Y confían en que será suficiente para que le consideren culpable.
Una versión muy diferente a la que ofrece el propio Brueckner, que sigue declarándose inocente. De hecho, recientemente mandó una carta desde la cárcel arremetiendo contra los fiscales. “Es una vergüenza lo que estáis haciendo” escribió, junto a un dibujo de dos fiscales pidiendo comida en un restaurante.
La hipótesis de los fiscales
En declaraciones al The Mirror, el fiscal reveló que estaban yendo despacio para atar bien las evidencias contra él. Al estar el acusado en la cárcel cumpliendo condena, no tienen tanta presión y se están tomando su tiempo con paciencia. La investigación sigue abierta para recabar más detalles sobre el crimen.
Christian Brueckner tiene 43 años y cuenta con antecedentes por abusos sexuales a niños. Estaba en el mismo lugar y en el mismo momento de la desaparición de Madeleine McCann. Y los fiscales aseguran guardar un as bajo la manga, una prueba que según ellos acorralará al acusado durante el juicio.
Todo está listo para que empiece el juicio, previsiblemente a lo largo del año que viene. Entonces se conocerá la sentencia de uno de los casos más rocambolescos de la historia de la crónica negra internacional. Según los fiscales, lo más probable es que condenen al principal sospechoso a la luz de las evidencias.
Pruebas circunstanciales
Entre las pruebas se encuentra la señal telefónica que ubica al alemán en el resort donde se alojaba la familia McCann en mayo de 2007. Además, existe la declaración del amigo de Brueckner al que supuestamente confesó el crimen. Se trata de dos pruebas de peso a las que se pueden sumar nuevas evidencias.
Pero los fiscales van con pies de plomo porque saben de la dificultad que entraña un caso donde no hay cuerpo. El cadáver de la niña nunca ha aparecido y, en estas circunstancias, la justicia exige pruebas inequívocas como muestras de ADN o una confesión. Este es el motivo por el cual se están tomando su tiempo.
La posición de la señal de teléfono y la declaración del amigo son pruebas circunstanciales que la defensa podría rebatir fácilmente. Pero el fiscal Wolters lanza un mensaje de tranquilidad: “no tenemos presión, aún tenemos preguntas y sería una tontería acusarle ahora en lugar de tener las respuestas”.