La desaparición y posterior muerte de Esther López continúa siendo un objetivo prioritario para la Guardia Civil. Los agentes rastrearon durante el fin de semana la casa de Óscar, amigo de la chica y principal sospechoso. Fue la última persona que la vio con vida y sus testimonios han sido un tanto contradictorios.
Los investigadores tratan de hallar algún indicio que pueda aclarar si la joven estuvo en ese inmueble la noche que se le perdió la pista. En los registros buscan restos de ADN, pero por ahora no hay pruebas concluyentes.
En un primer momento, el sospechoso explicó que había dejado a Esther en un cruce. Ella decidió bajarse del vehículo en el que viajaban después de mantener una discusión. Según su versión, la desaparecida quería seguir de fiesta esa madrugada, pero se encontró con la oposición de su amigo.
A partir de ahí ya no se vuelve a saber más de ella. No fue hasta pasados 24 días cuando se la localiza a la entrada de Traspinedo. Un senderista encontró su cadáver el 5 de febrero en un lugar muy frecuentado por los vecinos de la localidad vallisoletana.
La Guardia Civil sospecha que la chica pudo ser escondida en la vivienda de Óscar antes de que la abandonaran en la cuneta. De ahí que insistan en llevar un exhaustivo rastreo de la casa para confirmar su implicación en el suceso. Este lunes seguirán los análisis en este chalet.
Esther López desapareció el 12 de enero después de pasar una noche de fiesta con unos amigos. De madrugada se montó en un coche con dos hombres, entre los que se encontraba Óscar. En todo este tiempo, él ha estado en el punto de mira de los investigadores, incapaz de ofrecer un relato coherente de lo sucedido.
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En su vehículo, que también fue rastreado por los agentes en los últimos días, se encontraron muestras de ADN en el maletero. Sin embargo, dichos restos biológicos no estaban en la base del maletero. Tampoco había manchas de sangre.
En cualquier caso, tienen constancia de que en las jornadas posteriores a la muerte, este chico se afanó en la limpieza del coche. Lo limpió a conciencia en centros de lavado y en una ocasión llegó a dedicarle hasta un par de horas.
Ahora tratan de localizar algún tipo de marca en la carrocería que pueda evidenciar un atropello. Sin embargo, por ahora no existen pruebas concluyentes y dejan entrever que el caso puede alargarse más de lo pensado. Las lesiones que presentaba el cuerpo de la víctima eran compatibles con las del golpe de un turismo.
Esther López no permaneció 24 días en la cuneta
Con el paso del tiempo se han dado cuenta de que Esther López no estuvo los 24 días desde que desapareció tirada en una cuneta. Alguien habría acabado con su vida y la habría mantenido oculta hasta acabar trasladándola al punto en el que fue localizada.
La posición en la que apareció, con los brazos y piernas pegados al cuerpo, evidenciaban que alguien la había manipulado. Descartaron la posibilidad de que la arrollaran en ese lugar, ya que no existían huellas de frenada ni restos de sangre.
Además, en aquella zona se habían realizado hasta cuatro batidas sin demasiado éxito. Por lo tanto, alguien la tuvo que mover hasta allí una vez pasado el tiempo.
Todas las miradas en el caso de Esther López se concentran en su amigo Óscar. Sin embargo, tampoco se puede descartar la implicación de otras personas en el suceso. Los investigadores prefieren ser muy cautos en este sentido.