El caso de Esther López podría aclararse en cuestión de horas. La Guardia Civil ha vuelto a poner el foco en los últimos contactos con los que estuvo la noche de la desaparición. En concreto centraron la atención en el vehículo de uno de ellos, un Volkswagen T-Roc.
En dicho turismo trataron de hallar ADN de la víctima. Según el relato ofrecido por su propietario, con el que viajó la chica esa madrugada, se habría apeado del mismo tras mantener una discusión. A partir de ahí se le perdería la pista por completo.
Los investigadores habrían encontrado restos biológicos de Esther en el maletero de ese vehículo, explicó Nacho Abad en Espejo Público. Lo que, a priori, puede parecer una pista muy importante. Sin embargo, en los análisis no han detectado sangre de la joven en el interior.
Al parecer, el ADN no se localizó en la base del maletero. Estaría en una zona en la que habría justificación. Por ese motivo, el dueño del vehículo no fue detenido por la Guardia Civil.
Los investigadores pretenden seguir trabajando en torno al coche. Han solicitado a la jueza responsable del caso la corrrespondiente autorización para poder incautarse del turismo. Ahora quieren comprobar si existe algún tipo de golpe en la carrocería que sea compatible con un atropello.
Es la hipótesis que manejan con más fuerza los agentes. Las lesiones que presentaba la víctima invitan a pensar que alguien la pudo arrollar por detrás.
Los nuevos análisis que tienen previsto llevar a cabo en torno al coche del amigo pueden resultar decisivos. Será la manera de confirmar si ha estado implicado en su fallecimiento, o si por el contrario, no ha tenido ningún tipo de participación.
Esther López había quedado la noche del 12 de enero con un grupo de amigos para ver un partido de fútbol. Lo hicieron en un bar, y a continuación se les pudo ver en otros locales. Ya de madrugada, salió de un establecimiento en compañía de estos dos chicos.
Los tres se subieron a un coche y uno de ellos se bajó muy cerca de su domicilio. Mientras, la joven y el conductor siguieron su camino, pero en algún momento del trayecto ella se bajaría del turismo. Según el testimonio ofrecido por el hombre que la acompañaba, habían discutido y la chica decidió apearse a las afueras del pueblo.
El Caso de Esther López, a punto de acabar con dos sospechosos finales
Tuvieron que pasar 24 días hasta que el cuerpo sin vida de la joven apareciera en una cuneta. Un senderista lo halló el pasado 5 de febrero. Previamente se habían realizado cuatro batidas por la zona, pero sin demasiado éxito.
Esther López pudo ser trasladada hasta la cuneta
La posición que presentaba Esther López en el momento de ser localizada, con brazos y piernas pegados al cuerpo, desvelaba que alguien la había movido. No era la postura más normal después de un atropello. Eso hizo pensar a los investigadores que alguien la había trasladado hasta allí.
Además, resultaba especialmente sospechoso que después de 24 días nadie la hubiera encontrado antes en ese espacio. Tienen la seguridad de que acabaron con su vida el mismo día que desapareció. Pero no fue hasta pasado un tiempo cuando decidieron llevarla hasta dicha cuneta a la entrada de Traspinedo, en Valladolid.
La Guardia Civil manejó una lista muy amplia de sospechosos al principio. Pero con el paso de los días fueron descartando nombres. Todas las miradas se centraron en los dos amigos que la acompañaron aquella noche Ramón y el Manitas.
La autopsia a Esther López desveló que había sufrido una rotura de cadera, además de diferentes magulladuras. Eran lesiones típicas en un atropello.