El caso de Esther López se está alargando más de lo pensado inicialmente. La desaparición y posterior muerte de esta vecina de Traspinedo, en Valladolid, se ha ido complicando con el paso del tiempo.
La lista de sospechosos se ha ido reduciendo, pero todavía no cuentan con una pista fiable que sea capaz de implicar a alguien.
Los investigadores, además, están pendientes de un par de pruebas de laboratorio que podrían resultar esenciales para esclarecer este extraño suceso. Confían en que en cuestión de días se consiga un avance que resulte definitivo.
Esther había desaparecido el pasado 12 de enero tras una noche de fiesta con un grupo de amigos. Desde el primer instante, la Guardia Civil tuvo claro que no se trataba de una marcha voluntaria. Después de casi un mes siguiendo su rastro, su cuerpo fue hallado en una cuneta a la entrada del pueblo.
Los resultados de la autopsia desvelaron que falleció el mismo día que se le perdió la pista. Sin embargo, alguien movió su cadáver y lo trasladó hasta el punto en el que fue localizado por un senderista el pasado 5 de febrero. Los trabajos de investigación incluyeron en sus comienzos una lista de sospechosos de decenas de personas que ha sido rebajándose.
Todo está pendiente de esas dos pruebas científicas cuyos resultados pueden ser clave para conocer al responsable de los hechos. Hace unos días, Okdiario aseguraba que el caso podría solucionarse en cuestión de horas. "Hay avances, pero por eso mismo no es el momento de tener prisa", señalaban fuentes de la investigación.
Un discurso muy similar tenía la delegada del Gobierno de Castilla y León, Virginia Barcones. Señaló en todo momento que estaban trabajando con discreción y que no podía ampliar la información por encontrarse el asunto bajo secreto de sumario.
Por la muerte de Esther López solo se detuvo a una persona. Se trata de Ramón El Manitas, que tras pasar a disposición judicial quedó en libertad con cargos. Después de unas semanas, la jueza decidió rebajarle las medidas cautelares.
Los encargados de investigar este suceso sostienen que no tiene nada que ver en el fallecimiento. En cualquier caso, a estas alturas no puede descartarse ninguna hipótesis, por lo que aún continúa bajo el foco. No es la primera vez que sucede un giro de guion aprovechando un despiste del sospechoso.
En el punto de mira de la justicia también se encuentran los dos amigos que la acompañaron aquella noche. Salieron de un bar de madrugada y se subieron a un coche. Uno de ellos se apeó en las proximidades de su domicilio, mientras que el otro siguió la marcha acompañado por la chica.
En algún momento del trayecto, presuntamente por una discusión entre ellos, la joven se bajó del vehículo. A partir de ahí se le perdería la pista.
Esther López pudo ser trasladada hasta la cuneta
En algún momento de la investigación se contempló que Esther López pudiera ser arrollada por un vehículo todoterreno. Al menos eso invitaba a pensar las heridas que presentaba en el cuerpo. Pero había algo que despistaba mucho a la Guardia Civil.
En la zona no había huellas de frenada. Pero tampoco la posición en la que apareció el cadáver era la más común en una persona atropellada.
Sobre la mesa trabajan todavía en unas cuantas teorías. La muerte violenta tampoco se puede descartar. Alguien pudo acabar con su vida el día de la desaparición y trasladarla hasta el lugar en el que se la descubrió para despistar.
La familia de Esther López reclama soluciones después de tantos meses de incertidumbre. La paciencia que se les pidió empieza a agotarse.