Apenas tres días después del hallazgo del cadáver de su hija mayor, Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, ha escrito una nueva carta. En ella desea que se ponga el foco de una vez por todas en la violencia vicaria, tras la muerte de sus hijas.
La madre de las pequeñas espera que, a partir de ese momento, las leyes «se pongan más duras protegiendo a los niños». Además, pide que el 27 de abril, el fatídico día donde desaparecieron sus hijas, se proclame el 'Día Nacional del Niño'.
«Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila y si el amor se acaba, lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia», advierte.
La desgarradora carta de la madre de Anna y Olivia
«Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad», asegura Beatriz. La carta comienza con un mensaje de agradecimiento a todas aquellas personas que han estado «en corazones y rezos» con las niñas y con ella.
Unas personas que la han acompañado «todos los días y dando todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz. Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos».
La madre de las dos pequeñas afirma que «aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento a mundo. Que sea todo lo contrario; que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto».
«Muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo, ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía», sentencia.
«Ellas son dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida», asegura la madre. Además, explica que, como madre, va a pelear «en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños».
Beatriz destaca que sus niñas «estaban llenas de amor y todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo. A Olivia le decía, Oli, tengo un problema y ella me respondía: Sí, mami, ya lo sé, que me quieres demasiado y ella sonreía».
«Los niños son nuestra responsabilidad», apunta Beatriz, quien lamenta «en el alma» no haber podido hacer algo para salvarlas. «Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas».
«Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida. Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida y, por supuesto, él no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz».
A su vez, la madre pone en valor «toda la energía enviada en este caso tan desgarrador. A todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia y que la verdad se conociera».
Admite que cuando supo el desenlace se le vino «el mundo encima. Por muy duro que sea, por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento. Sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto».
Pide que el 27 de abril sea el 'Día Nacional del Niño'
Beatriz solicita en su carta que el 27 de abril sea el 'Día Nacional del Niño'. Así, quiere recordar que «ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en nuestro amor hacia ellos porque tenemos una responsabilidad».
Asimismo, desea que lo que ha pasado «sirva para crear mayor conciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos. En valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos, sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran».
Finaliza diciendo que sus hijas son «ahora los angelitos de los niños». Solicita que les den «todo el amor a sus hijos dedicación, respeto y que se les inculquen valores para un mundo mejor».
«Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto. La mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor», acaba su carta.