El cirujano que practicó la lipoescultura mortal a Sara Gómez en Cartagena (Murcia) está en busca y captura. La juez ordenó su detención ya que el médico no se presentó a declarar como estaba previsto. La familia está muy nerviosa porque el médico abandonó el país rumbo a Chile y temen que se haya fugado.
La titular del juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena dictó una orden de arresto contra el médico que operó a Sara. La chica entró en el quirófano el 2 de diciembre, y horas después ingresó en la UCI en estado crítico. Tras un mes entre la vida y la muerte, falleció el pasado 1 de enero.
La investigación por una posible negligencia médica se convirtió entonces en un posible caso de homicidio. El abogado del médico asegura que no se ha presentado a declarar por serle “físicamente imposible”. Aun así, asegura que ha estado siempre y sigue estando a disposición de la justicia.
No se presentó a declarar
El abogado del cirujano ha confirmado que hay una orden de detención contra su cliente, y que fue comunicada ayer a las 16:00 horas. Sobre la posibilidad de que haya abandonado España, el letrado no quiere entrar en elucubraciones. Hay que recordar que el médico es de nacionalidad española pero de padres chilenos.
El abogado dice haberse enterado de la noticia a través de los medios de comunicación, y por eso se muestra sorprendido. Ha anunciado su intención de recurrir el auto de la jueza. Lamenta que se haya decidido de un día para otro y pide respetar escrupulosamente los tiempos judiciales.
La familia de la víctima elevó una denuncia por homicidio imprudente contra el cirujano tras la muerte de la joven. También solicitó medidas cautelares como la retirada del pasaporte y la suspensión de su actividad laboral. Además, no descartan extender la denuncia a más personas vinculadas con la intervención.
Voló a Chile y no saben dónde está
El cirujano que practicó la intervención defiende que actuó debidamente y que fue “un trabajo bien hecho”. Asegura estar “consternado” por la muerte de Sara y “preocupado” por su horizonte judicial. Argumenta que no fue a declarar porque se lo comunicaron “de un día para otro”.
Según El Español, el médico se ha marchado de su casa tras recibir amenazas de muerte por teléfono y a través de redes sociales. “Más vale que entres pronto en la cárcel porque de lo contrario yo mismo te mataré a cuchilladas”, dice uno de los mensajes. Le llaman “médico asesino” y piden “que lo metan en la cárcel”.
Las autoridades lo buscaron durante todo el lunes pero no lo encontraron en su domicilio ni en sus clínicas. El cirujano había volado fuera de España y se encontraba en Chile “hasta el 4 de enero”. Ahora podría encontrarse en Granada o en Las Torres de Cotillas, donde las autoridades aún lo están buscando.
Agujeros por todos lados
Sara Goméz, de 39 años y madre de dos hijos, se sometió a una lipoescultura aconsejada por el mencionado cirujano. Sus familiares, que no conocían las intenciones de Sara, creen que a la vista de su aspecto físico no necesitaba esa intervención. El abogado de la familia asegura que otros médicos desaconsejaron la operación.
Tras ponerse de acuerdo Sara y el cirujano, este reservó un quirófano en el hospital Virgen de la Caridad. La operación transcurrió con normalidad, pero en el postoperatorio Sara se desestabilizó y acabó en la UCI. Tenía hasta 27 perforaciones que afectaban a órganos vitales como el riñón, el hígado y el intestino.
Según la autopsia, Sara murió por un fallo multiorgánico irreversible. Entre los daños físicos presentaba peritonitis fecaloidea y biliar, necrosis isquémica de colon y perforación duodenal. También laceraciones hepáticas, absceso retroperitoneal, necrosis abdominal, múltiples perforaciones y evisceración contenida.
Denuncian que no tenía el título
Familiares de Sara denuncian que el médico no tenía los cinco años de especialidad. Como portavoz de la familia, Ezequiel Nicolás ha anunciado su intención de llegar hasta el final: “Quiero que todos los responsables se sienten en el banquillo a declarar”. A la salida del entierro de la joven dijo alto y claro: “Ha sido un asesinato”.
Ezequiel, expareja de Sara, afirma que alguien pidió al médico que detuviese la operación y este hizo caso omiso. “Me hago eco de la comunidad médica de Cartagena, donde dicen que alguien le pidió que parase, que estaba sacando vísceras, y esa persona continuó”. Acusa al doctor de “ser consciente de lo que estaba haciendo”.
Además, detalla que Sara presentaba tantas perforaciones que “es imposible contarlas”. Habla de cortes de 0,5 a 2 centímetros “por todos lados”. Además, la familia de Sara advierte de que muchos cirujanos estéticos no tienen la preparación adecuada y que eso supone un riesgo para la vida de los pacientes.