El trabajo de las amas de casa no está lo suficientemente valorado. Las personas que se dedican al hogar no cotizan a la Seguridad Social, por lo que no tienen derecho a paro, ni a baja ni a pensión contributiva.
Sin embargo, este colectivo sí que puede beneficiarse de una serie de subvenciones, siempre que cumplan una serie de requisitos. Es lo que ocurre con la Renta Activa de Inserción (RAI). Esta ayuda está pensada para mayores de 45 años que carezcan de ingresos y que no cobren ningún tipo de prestación del SEPE.
Las amas de casa podrían optar, por lo tanto, a este tipo de aportación económica. Este plan, además, dispone de un programa específico de formación e inserción para facilitar la inserción en el mercado de trabajo.
Esta ayuda supone el 80% del IPREM, que es el indicador público de renta de efectos múltiples. Este año, la cuantía de esta ayuda ascendería a 451,78 euros, que suponen 20 euros más que el pasado ejercicio.
Se considera una aportación extraordinaria pensada para aquellos que se encuentren sin empleo y con dificultades económicas. También se orienta para los que tengan series dificultades para reincorporarse al mercado laboral.
Otros colectivos que optan a estas ayudas, además de las amas de casa, son las víctimas de violencia de género. A ellos se les une los emigrantes retornados de más de 45 años, y parados con una discapacidad igual o superior al 33%.
Para beneficiarse del RAI es preciso cumplir una serie de obligaciones, tanto en el momento de la solicitud como durante el periodo que se reciba. Hay que estar inscrito como demandante de empleo en el SEPE y llevar como mínimo doce meses apuntado. Tampoco se debe disponer de ingresos propios y la unidad familiar no puede rebasar el límite de ingresos estipulado.
Pero las administraciones también cuentan con otras subvenciones pensando en los mayores de 45 años que carezcan de recursos. Es el caso de los subsidios para este grupo de población, también es preciso cumplir unos requisitos.
Tienen la posibilidad de optar a ellas las mujeres desempleadas que ya no cobren el paro, que tengan más de 45 años y que no tengan cargas familiares. En el caso de que hayan agotado la prestación y cuenten con responsabilidades familiares, la situación cambiará. La presencia de un cónyuge o un hijo de hasta 26 años le permitirá solicitar una ayuda por desempleo por sus responsabilidades.
Las amas de casa pueden aprovecharse de otras subvenciones
Tampoco deben descartarse otras posibilidades que nos ofrecen las administraciones y de las que pueden aprovecharse las amas de casa. Es el caso del Ingreso Mínimo Vital, que está pensado para prevenir la exclusión social y el riesgo de pobreza. Sobre todo en la gente que resida sola o que permanezcan en una unidad de convivencia.
Resulta una opción muy interesante para aquellos con escasos recursos y que necesiten satisfacer sus necesidades básicas. Además de las subvenciones que pueda facilitar el Gobierno central, también encontramos las de las comunidades autónomas.
Cada territorio dispone de otra serie de ayudas, que pueden ser de interés para los colectivos más desfavorecidos. Solo hay que ponerse en contacto con los servicios sociales de ayuntamientos o comunidades para conocer las obligaciones. En estos casos, hay que decir que suelen ser mucho más estrictos con los requisitos.
La cuantía varía en función de la comunidad y de la situación familiar de cada solicitante. Las rentas autonómicas de inserción pueden alcanzar hasta los 1221 euros por unidad familiar, como es el caso de Navarra. En Cataluña, esta cantidad llega a los 1122, siendo la segunda más alta del país, según datos del Ministerio de Derechos Sociales.
En el lado opuesto de la balanza se encuentran Ceuta y Canarias. La unidad familiar de la primera ronda los 420 euros, frente a los 667,75 de las islas.