El 8 de marzo, Fausto mató a su esposa Mari Cruz y a su hija Isabel de un disparo en El Molar (Madrid). Luego prendió fuego a la casa y se suicidó. Isabel tenía 11 años, y fue contabilizada como la sexta víctima de violencia de género en 2021 en España.
El 27 de abril, Tomás Gimeno mató a sus dos hijas Anna y Olivia, de uno y seis años, y las hundió en el mar. La búsqueda ha durado un mes y medio. De momento solo ha aparecido el cadáver de Olivia, aunque también se da por muerta a su hermana.
La madrugada del 17 al 18 de mayo, Alí mató a su mujer Warda y a su hijo Mohamed en Sa Pobla (Mallorca). Los asfixió y luego se entregó a la policía. Mohamed tenía 7 años, y fue contabilizado como la víctima número 12 de la violencia machista en España.
El 31 de mayo, Cristina Rivas asfixió a su hija Yaiza de cuatro años con una bolsa en la cabeza. Sucedió en Sant Joan Despí (Barcelona). La mujer confesó que lo hizo para vengarse de su ex pareja tras haber puesto punto y final a la relación.
Isabel, Anna y Olivia, Mohamed y Yaiza. Son los cinco menores asesinados por uno de sus progenitores en lo que va de año en España. Forman parte de la violencia vicaria, el tipo de violencia de género más cruel, ejercido sobre los más vulnerables.
Violencia vicaria en España, una lacra
Desde 2015 se cuenta a los menores como víctimas de la violencia machista en España. Según la estadística de violencia vicaria, desde 2013 han muerto en nuestro país 39 menores a manos de uno de sus progenitores.
Entre los casos más conocidos está el de José Bretón, que mató a sus hijos Ruth y José, de dos y seis años, para vengarse de su mujer. También el de Ángela Carreño, que denunció a su marido 51 veces, y este acabó matando a su hijo de siete años.
El caso de Anna y Olivia ha conmocionado a España y pasa a formar parte ya de la trágica memoria colectiva de este país. En el recuerdo quedan otros crímenes brutales imposibles de olvidar, como el de David Oubel, que mató a sus hijas Candela y Amaia con una radial.
La violencia vicaria es la que ejerce un progenitor contra sus hijos para causar un dolor extremo a su pareja. Según los expertos en violencia de género, el origen de estos actos está en el ánimo de dominación y control del maltratador sobre su pareja.
Normalmente se considera violencia de género cuando se produce del padre hacia a la madre. Algunas veces, como en el caso de Yaiza, es al revés. Estos casos generan una gran polémica, porque no se sabe muy bien cómo clasificarlos.
Isabel, El Molar (Madrid), 11 años
El 9 de marzo, los servicios de emergencia descubrieron 3 cadáveres dentro de una casa incendiada en El Molar (Madrid). Tenían signos de violencia, y todo apuntaba a que habían muerto antes del fuego. Los cadáveres pertenecían a un matrimonio y su hija.
La investigación reveló que Fausto, mecánico de profesión, mató a su mujer Mari Cruz y a su hija Isabel, de 11 años. Les disparó en el pecho. Al día siguiente prendió fuego a la casa y se suicidó de un tiro en la cabeza.
El autor de los hechos era aficionado a la caza y tenía licencia de armas. En los últimos tiempos se había vuelto huraño y no dejaba que su mujer y su hija salieran de casa. Isabel estudiaba en una escuela de San Agustín del Guadalix.
Anna y Olivia, Tenerife, 1 y 6 años
El 27 de abril, Tomás Gimeno desapareció con sus dos hija, Anna y Olivia, de uno y seis años. Ese mismo día las había recogido para pasar el día con ellas. A última hora de la tarde mandó un mensaje a su ex y madre de las niñas: «No volverás a verlas con vida».
Se puso en marcha uno de los mayores dispositivos de búsqueda en la historia de España. Un mes y medio después, un buque especializado localizó el cuerpo sin vida de Olivia a 1.000 metros de profundidad, en la costa de Tenerife.
Según los primeros datos de la investigación, Tomás sedó a sus hijas y las mató. Luego las escondió en mantas y bolsas, y las arrojó al mar. Sigue el misterio sobre su paradero, ya que podría haberse suicidado después, o huir con la ayuda de alguien.
Mohamed, Sa Pobla (Mallorca), 7 años
La madrugada del 18 de mayo, Alí Kouch estranguló a sangre fría a su mujer embarazada, Warda, y a su hijo Mohamed. Dos días después informó del crimen a su cuñado vía WhatsApp: «Si quieres ver a tu hermana y tu sobrino, están muertos en casa».
Familiares de las víctimas entraron en el piso y descubrieron los cadáveres de madre e hijo. El asesino se entregó horas después. Warda había presentado dos denuncias por malos tratos contra su marido, pero hacía poco que habían retomado la relación.
Yaiza, Sant Joan Despí (Barcelona), 4 años
El caso de Yaiza está generando una gran polémica en España. En este caso, el asesino es su madre y no su padre. Cristina Rivas, de 35 años, asfixió a su hija Yaiza de cuatro años para vengarse de su ex pareja tras la separación.
El padre de la niña tenía que recogerla en el colegio el lunes, como todas las semanas que tenía permiso. Pero ese día Yaiza no había ido a la escuela. Tras horas agónicas de búsqueda, la niña apareció muerta en el piso de su madre.
Allí estaba también Cristina, que había intentado quitarse la vida pero finalmente sobrevivió. El padre de la criatura cree que fue un plan premeditado.
La familia paterna de Yaiza denuncia el silencio institucional y mediático en torno a su caso. Creen que el hecho de que el asesino sea su madre y no su padre ha favorecido ese silencio. Vox pide el mismo tratamiento que el caso de las niñas desaparecidas de Tenerife.