La serie documental protagonizada por Rocío Carrasco ha hecho que cobren actualidad tanto el torero Ortega Cano como Rocío Jurado. Eso sin olvidar, por supuesto, a su ex (Antonio David Flores) o a los hijos que tiene en común con este: Rocío y David.
Muchos son los datos que se han desvelado en dicha producción y, entre otros, que el matrimonio entre su madre y el diestro no era tan perfecto como parecía. Precisamente ciertas afirmaciones que ha realizado en esa al respecto han servido para que salgan a la luz aspectos desconocidos.
Así, por ejemplo, se ha desvelado que la artista pidió a unos 'espías' que siguieran los pasos de su esposo. Y es que este desaparecía durante horas o días sin que supiera nada de él. Una situación que le preocupaba y la tenía intranquila.
'Espías' esos que ahora se han dado a conocer por el diario 'La Razón'. Se trata de tres paparazzis muy conocidos en nuestro país: el fallecido Carlos Helbert, Tino Torrubiano y Antonio Montero.
Rocío Carrasco deja caer los problemas conyugales de su madre
Lógicamente su vida y los episodios más duros de la misma son el eje central de la docuserie de Rocío Carrasco. No obstante, al hablar de esa irremediablemente ha tenido que hacer referencia a las personas más importantes para ella. Y así ha hablado en más de una ocasión de su madre, la gran Rocío Jurado.
Esa circunstancia es la que le ha llevado a dejar caer que el matrimonio de su progenitora con Ortega Cano no era tan idílico como se imaginaba. Y es que no ha dudado en afirmar sobre aquel que «no creo que fuese una decisión acertada, desgraciadamente para ella. Pero ella lo decidió así, estaba enamorada».
Las 'escapadas' de Ortega Cano
Precisamente ese dato ha hecho que los periodistas saquen a la luz aspectos desconocidos de la relación entre Jurado y José. En concreto, el diario 'La Razón' ha desvelado que el torero de forma periódica hacía algo que no gustaba a su mujer. Exactamente realizaba escapadas nocturnas que duraban horas e incluso días.
Así, recoge las declaraciones de Torrubiano al respecto: «El torero salía de vez en cuando y lo hacía por la parte trasera del chalet para no despertar sospechas. Creo recordar que había una pequeña puerta posterior o saltaba la tapia del inmueble de La Moraleja. Y tardaba horas e incluso, en ocasiones, uno o dos días en regresar».
En ese punto, el fotógrafo Antonio Montero, actual colaborador de 'Sálvame', ha expuesto que «no creo que fuera una cuestión de ser infiel a su esposa, sino que se trataba, más bien, de juergas con amigos. Pero no era cosa de voy a cenar y vuelvo, se alargaba mucho más».
Precisamente por esas circunstancias ha reconocido que Rocío Jurado se preocupaba: «Le llamaba por teléfono y su marido no le respondía. E igual ocurría cuando querían ponerse en contacto con el torero otros familiares. Nadie le localizaba, era una situación desesperante. Y Ortega entregado a la diversión y a pasárselo bien sin pensar en el daño que causaba a la Jurado».
El encargo a los 'espías'
En ese mismo medio se ha dado a conocer que fue la cantante la que molesta y preocupada por esas escapadas quiso hacer un seguimiento a su esposo. Así, con el apoyo de su secretario incondicional (Juan de la Rosa) y de un familiar, pidieron a esos tres citados paparazzis que ejercieran de 'espías' del torero en momentos puntuales.
Al parecer, esos fotógrafos siguieron durante un tiempo a Ortega Cano y las informaciones que obtenían se las pasaban al 'intermediario'. Este, Juan o el familiar, a su vez, hacía lo propio con Rocío Jurado.
Un trabajo ese que llevaron a cabo sin cobrar nada. Y es que, como Torrubiano ha reconocido lo hicieron gratuitamente porque «Rocío se portaba muy bien con los periodistas. Era una persona muy afectiva y nunca nos negó una foto».