Montaje de Rocío Carrasco y Rocío Flores con caras serias

'La próxima vez quemo la casa contigo dentro, mamá'

Rocío Carrasco sufrió un infierno lleno de amenazas e insultos de su hija Rocío Flores

Telecinco volvió a paralizar a España un miércoles más con la emisión del episodio 8 de la docuserie 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. Tras una entrevista en directo la semana pasada que fue demoledora en contra de Antonio David Flores, ayer pudimos vivir uno de los capítulos más oscuros en la vida de Rocío Carrasco. La hija de 'la más grande' detalló cómo fue la convivencia con su hija Rocío Flores, cuando era una adolescente.

El episodio de este miércoles fue sin duda el más duro emitido hasta la fecha, ya que Rocío Carrasco contó cómo fue la bruta paliza que recibió por parte de su hija Rocío Flores, y que viene recogida en una sentencia de 2012. Pero, si bien ese fue el episodio más grave en la tormentosa relación entre ambas, la protagonista de la docuserie también contó otras vivencias con la joven que pusieron los pelos de punta a más de uno.

«Hija de puta, me dan asco tus besos»

Rocío Carrasco sufrió un infierno cuando convivía con su hija. «Hija de puta, me dan asco tus besos, al cuarto se va a ir tu madre enterrada...», fueron algunos de los insultos que Rocío Flores le profirió a su madre durante su adolescencia, cuando ambas vivían junto a Fidel Albiac y el pequeño David Flores.

Antes de que se produjera el terrible episodio de la paliza a Rocío Carrasco, la hija de 'la más grande' fue avisada por su abogado que Rocío Flores había hablado con una psicóloga, donde le habría contado que sufría maltrato físico y psicológico por parte de ella para que así su padre pudiera pedir la custodia de su hija de manera urgente. «Había dicho que le decía que estaba gorda, que no le daba de comer o que le daba bofetones», recalcó.

«La próxima vez lo hago contigo y quemo la casa contigo dentro»

Tras la vista judicial, en la que finalmente Rocío Flores no pudo salirse con la suya, la joven volvió a casa de su madre, y a partir de ahí llegó lo peor para Rocío Carrasco. En una ocasión, la madre reprendió a la hija por fumar en la habitación pero a esta no le gustó esa orden. «La próxima vez lo hago contigo y quemo la casa contigo dentro», amenazó Rocío Flores a su madre mientras apagaba el cigarrillo contra el colchón de su cama.

Por historias como la del cigarrillo, Rocío Carrasco vivía atemorizada por su hija y confesó que tres días antes de que sus hijos llegasen a casa, sufría ataques de pánico, vomitaba, tenía ansiedad y lloraba durante gran parte del día.

La obsesión de Rocío Flores por llevar información de su madre a Antonio David

Además, Rocío Carrasco contó en el episodio 8 que su hija no podía volver a casa de su padre sin información para usarla contra ella. Una noche, Rocío Carrasco vio a su hija en su despacho fotografiando documentos personales de ella. Por si fuera poco, otro día Carrasco estaba viendo un programa de corazón en el que anunciaban que ella y Fidel se iban a separar.

La razón es que la niña había visto unas maletas en la puerta de su casa y se lo había contado al padre. Rocío Carrasco explicó que dichas maletas tenían en su interior documentos de su madre, Rocío Jurado, y que estuvieron allí colocadas unas tres semanas, justo cuando Rocío Flores pasaba 15 días en casa de su madre.

«Yo lo único que quería era que ella se diera cuenta de que eso no era bueno de ninguna de las maneras. Lo que pasa es que luego en menores dije que había sido sin intención porque no quería ser la culpable de que a ella le cayeran más cosas», dijo Carrasco, rota de dolor.